"Iker ha dicho: 'aquí estoy yo"
Luis, Camacho y Del Bosque aseguran que Casillas, que será el capitán en Suecia, reúne condiciones para liderar el grupo
Ser responsable de un proyecto en el que hay demasiadas cosas que perder y poco que ganar tiene su mérito. Camino de un partido diabólico, el próximo sábado en Suecia, Luis Aragonés se paseaba ayer por la concentración de la selección en Las Rozas con la zancada enérgica de sus épocas de apogeo. El cielo plomizo descargaba una lluvia fina, pero el entrenador no buscaba el cobijo. La sonrisa le atravesaba media cara y en la comisura de los labios se le dibujaba un arabesco cargado de ironía, desencanto y esperanza. Cuando habló del nuevo capitán del equipo, Iker Casillas, dijo lo mejor que se puede decir de un futbolista en días de complicaciones: "Él ha dicho 'aquí estoy yo".
El brazalete de capitán de la selección española, perteneciente a Raúl hasta hace una semana, será portado por Casillas el próximo sábado. El portero ha querido hacerse cargo de la situación sin vacilar. No se ajustará el elástico para lucirlo en un gran campeonato. La cita es ingrata. Como dice Luis: "Si perdemos nos quedarán nueve partidos para clasificarnos y, si ganamos, seguiremos jodidos".
"Para ser capitán, ante todo, tienes que ser buen compañero y olvidarte de ti mismo", dice Camacho
"Casillas", explica el técnico, "ha tenido una actitud muy buena. Tiene experiencia internacional absoluta desde 2000. La veteranía le da derecho automáticamente ejercer la capitanía si no está Raúl. Aunque en el campo habrá tres capitanes. Casillas en la portería, más Puyol y Albelda, que son capitanes por cómo ven el juego y porque son los que hablan y mandan en el partido".
José Antonio Camacho fue el seleccionador español que hizo debutar a Casillas. También le convocó para la Eurocopa de Holanda y Bélgica de 2000, su primer gran torneo internacional. "Creo que Iker tiene condiciones para ser el capitán", opinó Camacho ayer. "Ha pasado por todas las etapas de la selección desde las categorías inferiores. Está en la absoluta desde muy joven, con 18 años. Aunque no es un veterano por edad, sí lo es por fútbol. Ha visto muchas cosas en este tiempo".
Para Vicente del Bosque, el técnico con quien más títulos ganó Casillas, el portero reúne las condiciones de un líder. "Hay muchos caminos que llevan al liderazgo", dice Del Bosque; "la personalidad, el carácter, y la jerarquía en el campo. Desde muy joven, Iker se hizo cargo de responsabilidades impropias de su edad. Es un ejemplo en el campo y supongo que en los últimos años habrá ganado en madurez y en capacidad para comunicarse con los compañeros".
Casillas se convirtió en el héroe de la selección durante el Mundial de Corea, en 2002, cuando logró el pase a los cuartos de final tras salvar con éxito la tanda de penaltis frente a la República de Irlanda. En su paso por el equipo nacional ha sido testigo de la capitanía de Hierro, que lo recibió como mandamás indiscutible del vestuario, y se ha sentido poco partícipe del grupo de mando durante la etapa de Raúl. A diferencia de Hierro, que acaparaba autoridad, Raúl ejerció su poder al amparo de sus hombres de confianza: Morientes, Cañizares, Salgado, Albelda y, en mucha menor medida, Puyol. Los primeros tres fueron eliminados de la lista de Luis para viajar a Suecia. Se trata de tres veteranos que no gozan del aprecio del seleccionador. Hombres muy unidos a Raúl en las reivindicaciones que le enfrentaron al seleccionador durante el Mundial de Alemania.
Casillas procuró no entrar en guerrillas. Como hizo en el Madrid, en la selección el portero se caracterizó por buscar la compañía de los más jóvenes. Casillas se ha ganado el respeto del grupo de jugadores que se incorporaron después, entre el Mundial de 2002 y la Eurocopa de 2004: Xavi, Torres y Sergio Ramos son su núcleo duro.
Para Camacho, que fue capitán de la slección durante el Mundial de México, el portero madridista reúne las condiciones de todo buen líder. "Para ser capitán", dice Camacho, "ante todo hay que ser buen compañero. Te tienes que olvidar de ti mismo en el orden futbolístico para pensar en los demás. Tienes que recibir a la gente que se incorpora nueva al grupo, y ser su punto de referencia".
Sergio Ramos, que es cinco años más joven que Casillas, tiene actitudes de veterano. Como su compañero, el sevillano es un símbolo de la renovación generacional del equipo. Ayer habló de su amigo Casillas con el mismo aplomo que si llevase varios Mundiales: "Evidentemente nadie puede sustituir a Rulo [Raúl]. Pero Iker tiene muchísima experiencia. Creo que está en condiciones de asumir el reto".
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