"Es como si cada año vas por vez primera a una entrevista de trabajo"
Pablo García de Vicuña (Sestao, 1959) lleva 19 años trabajando como profesor de Historia y Geografía en la red pública y otros cuatro en la privada. Este curso ha obtenido plaza para dar clase en el instituto Federico Baraibar, en Vitoria. "Soy interino sin estabilidad", dice a modo de presentación. Es decir, que año tras año debe asistir a un proceso de adjudicación al comienzo del curso, a partir del cual sabrá si tiene plaza o no; si va ser para todo el año o temporal; si se tiene que quedar en casa esperando para hacer sustituciones. En esa situación lleva 16 años en la red pública, ya que los otros tres restantes disfrutó de estabilidad en el mismo centro.
"Dejamos un centro cuando acaba el curso en junio. Sabemos que esa plaza saldrá y no hay ninguna garantía de que vaya a ser para ti. Eso corta la continuidad", se lamenta. ¿Y qué solución se puede dar? "El departamento [de Educación] maneja la provisionalidad en su beneficio. Sabe que así va a obtener cada año lo mejor de cada profesor, pero hay que advertir de que los centros con mayores índices de interinidad son los más conflictivos". Según este profesor, dicho tipo de colegios e institutos no cuentan con un equipo docente permanente que establezca medidas de solución. El personal fijo emigra en cuanto puede y los problemas se van perpetuando.
"Los centros con mayores índices de interinidad son los más conflictivos"
Al concertar la entrevista, Pablo García de Vicuña revivió "la angustia" sufrida durante el proceso de adjudicación, que en su caso fue a comienzos de septiembre. "Es como si cada año nos presentáramos por primera vez a una entrevista de trabajo. El proceso de adjudicación es lo mismo, sólo que sin la parte de preguntas en las que tienes que explicar tu currículum. Por lo demás es igual, porque estás pendiente de que haya plazas suficientes para tener una oportunidad. La primera angustia es si dispondrás de un trabajo para todo el año, que hoy por hoy es a lo que podemos aspirar como máximo. Si eso no se da, ver cuánto tiempo dura la plaza. Y si no, a esperar en casa una llamada de teléfono del Departamento de Educación. Si no estás en el momento en el que llaman, te dejan un mensaje diciendo que no te han localizado y que pasan al siguiente de la lista".
Después está el problema añadido de que, al resolverse tan tarde el proceso, apenas queda tiempo para preparar el temario y las clases. "Éste ha sido el primer año que hemos gozado de cinco días de intervalo para preparar la materia antes de incorporarnos de manera efectiva al centro a dar clase, pero hasta ahora ha sido muy frecuente elegir la plaza y dar clase
un día después".
¿Qué se puede hacer en ese caso? "Pues olvidarnos de cuál es nuestra situación. Nunca será suficientemente valorado desde la sociedad el esfuerzo que los profesionales tienen que hacer para transmitir ilusión y conocimiento. Cuanto menos sepan los alumnos y las familias de nuestra situación mejor para que el curso se desarrolle bien. Pero, en momentos puntuales, el trasfondo salta y eso perjudica al alumno".
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