La reforma de la sanidad pública alemana amenaza con romper la gran coalición de Angela Merkel
La reforma de la sanidad pública alemana podría ser el motivo de ruptura de la gran coalición entre socialdemócratas y democristianos que dirige la canciller Angela Merkel, después de sólo diez meses al frente del Gobierno. La crisis ha llevado al partido liberal (FDP) a pedir elecciones anticipadas y a ofrecerse como socio de coalición de los socialdemócratas, ante la indignación de los democristianos.
Mientras la negociación continúa, varios primeros ministros democristianos de los Estados federados se niegan a apoyar el compromiso actual y muestran con ello lo débil que es la autoridad de Merkel sobre su partido. Alguno incluso ha dado por muerta una reforma que nació con serias malformaciones. La discordia se centra en dos elementos de la reforma, cuyos puntos principales se aprobaron en una ardua negociación a comienzos de julio. Sólo los nombres de éstos asustan a cualquiera: Überforderungsklausel y Risikostrukturausgleich.
En el primer caso se trata de una cláusula que impediría que los asegurados paguen un suplemento de más del 1% de su renta a su caja (seguro) de salud, si ésta no tiene suficiente con la suma que le asigne el fondo central encargado de repartir el dinero entre las cajas.
Los socialdemócratas del SPD se aferran a ese 1% para proteger a los más desfavorecidos con el argumento de que un jubilado que ingresa 1.000 euros al mes no debería pagar más de 10 euros de suplemento (aparte de su cuota habitual); pero la CDU es partidaria de elevarlo al 3% para permitir más competencia entre las cajas.
En cuanto a la "compensación estructural del riesgo", que sería la traducción literal del segundo palabro, la discusión se centra en las transferencias para evitar que salgan perjudicadas las cajas de salud con los afiliados más enfermos o viejos. Los estados federados de la Unión (CDU y CSU), en especial Baviera, han descubierto que esta compensación, ya existente, les costará con la reforma mucho más dinero que ahora.
Ambos puntos de conflicto estaban en el acuerdo que suscribieron los jefes de los partidos SPD, CDU y CSU - Kurt Beck, Angela Merkel y Edmund Stoiber, respectivamente-, en julio y que defendieron ante la prensa como el mejor de los acuerdos posibles. Ya entonces se vislumbraba el descontento en las palabras de Stoiber.
En el curso de la negociación de los detalles, y cuando apenas faltan tres semanas para que el consejo de ministros apruebe el proyecto de ley de la ministra de Sanidad, Stoiber, que también es primer ministro de Baviera, ha descubierto que el acuerdo que él firmó le perjudica y ha recordado que en 2008 se juega la mayoría absoluta en las elecciones regionales bávaras.
Stoiber, según aseguraba ayer el Süddeutsche Zeitung en un editorial evocando el circo romano, ya ha bajado el pulgar a la gran coalición.
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