El IVAM convierte el espacio y al espectador en objetos del arte

Poner en cuestión los límites espaciales y transformar al visitante en parte de la obra artística son dos de los objetivos que persigue Instalaciones y nuevos medios del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM). La exhibición recupera 55 piezas entre instalaciones, vídeos y piezas híbridas, pertenecientes al fondo del museo. Las obras de Richard Serra, Gordon Matta-Clark y Juan Muñoz están presentes en la exposición.

¿Dónde empieza el arte? ¿En el taller del artífice, en el muro que soporta el peso de la creación, en el diálogo espacial de los objetos "artísticos", en la mente del espectador? Esa es la pregunta que diversos creadores formulan a través de la exhibición Instalaciones y nuevos medios. La exposición del IVAM recupera un total de 55 obras entre instalaciones, vídeos y piezas de difícil categorización y recorre, con este interrogante como hilo conductor, una línea temporal que emprende su marcha a finales de la década de los 50 para llegar a la actualidad.

Todas las piezas exhibidas forman parte de la colección del IVAM y entre los artistas que participan en la muestra destacan Richard Serra, Gordon Matta-Clark, John Baldessari, Robert Smithson y Juan Muñoz, así como los valencianos José Antonio Orts, Miquel Navarro, Victoria Civera y Carmen Calvo.

Instalaciones y nuevos medios es un testigo del terremoto que la creación de nuevas formas de lenguaje y medios para la expresión artística durante la década de los años 60 y 70 significó para los endebles pilares del arte convencional. Entonces, la proliferación de nuevos canales de representación: happenings, performances filmadas, vídeos e instalaciones empezaron a cuestionar las relaciones prefijadas entre los distintos agentes involucrados en el proceso artístico.

Las piezas del IVAM muestran la vinculación entre la obra y los espacios donde ésta toma forma y es expuesta, y el significado que puede adquirir el objeto artístico cuando supera la barrera del centinela atrincherado para recorrer las calles de París, como sucede con la videoinstalación de Benet Rossell, París. La cumparsita, donde una escultura pasea por las calles de la capital gala aupada por una multitud. El espectador se convierte en parte de la obra cuando su presencia sirve para activarla, como sucede en Ostinato en azul de José Orts o para llenar de contenido un "recipiente" vacuo.