Los países del sur piden una respuesta común a la inmigración ilegal

Ocho países de la Unión Europea exigen a Bruselas que se movilice para buscar una solución "al problema de la inmigración ilegal en el Mediterráneo". En una carta al presidente de la Comisión Europea, el conservador José Manuel Durão Barroso, los ocho Estados firmantes estiman que el "reto [de la inmigración clandestina] sobrepasa los medios de acción con que cuenta cada uno de los Estados miembros" y piden que la espinosa cuestión se aborde "en el marco europeo".

Aunque la UE tiene limitadas competencias en materia de inmigración, el Gobierno español ha conseguido incluir este tema en la agenda europea, a raíz del desembarco masivo de subsaharianos en Canarias. España y otros países mediterráneos sostienen que una vez en Europa, los inmigrantes hacen uso de la libertad de movimientos dentro de las fronteras de la UE y muchas veces no se quedan en el país en el que han desembarcado. "La mayoría de los africanos que llegan a Canarias son francófonos que aspiran a llegar a otros puntos de la UE distintos de España. Van hacia el norte", sostenía recientemente el ministro de Justicia español, Juan Fernando López Aguilar.

España, Italia, Francia, Chipre, Malta, Grecia, Portugal y Eslovenia piden que los miembros de la UE acudan a la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno con propuestas concretas debajo del brazo. El próximo 20 de octubre, Finlandia, el país que preside este semestre la UE albergará en Lathi la cumbre informal, en la que está previsto que la inmigración domine buena parte de la agenda.

Los firmantes consideran que la Unión debe "dotarse de las capacidades y de los recursos necesarios para la aplicación" de las políticas migratorias y estratégicas de la UE en África, y que debe "reforzarse la cooperación operativa entre los Estados miembros", así como con los países de origen de los inmigrantes y los de tránsito. Esta petición se produce apenas cuatro días después de que algunos países atacaran durante una reunión en Tampere la política migratoria española.

El ministro de Interior de Alemania, Wolfgang Schäuble, criticó a España por pedir a Bruselas mayor colaboración del resto de los países para combatir la crisis migratoria sin precedentes que atraviesan las islas Canarias. Sus homólogas de Austria y Holanda, tuvieron duras palabras contra el proceso de regularización de inmigrantes español, medida que, a su juicio, debió hacerse de forma coordinada con el resto de países de la UE.

A pesar de que todos los países de la Unión dicen apoyar los llamamientos de solidaridad con España de Bruselas, a la hora de aportar fondos y medios, la voluntad se resquebraja.

Así, la petición del vicepresidente de la Comisión Europea, Franco Frattini, la semana pasada de más medios (barcos, helicópteros y aviones) para el patrullaje de las costas africanas que coordina la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) cayó en saco roto. Ni un solo país sacó la cabeza con nuevas ofertas concretas.

Tal vez por eso, los ocho países firmantes de la misiva enviada a Barroso estiman que "es necesario, sobre todo, contar con una voluntad política clara para realizar lo que se ha decidido de común acuerdo y para desarrollar nuevas iniciativas, que son desde este momento indispensables a causa de la reciente afluencia de inmigrantes en las fronteras meridionales de la UE".