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Entrevista:OSWALD GRÜBEL | CONSEJERO DELEGADO CRÉDIT SUISSE

"Los americanos no quieren comprar bancos en Europa"

Este ejecutivo, que ha reorganizado toda la entidad, alaba los beneficios de la globalización

Íñigo de Barrón

Es el primer ejecutivo no suizo que, en 150 años de historia, dirige el banco Credit Suisse. Oswald Grübel (Ilmenau, Alemania, 1943) ha visitado España para celebrar este cumpleaños, que, curiosamente, coincide con el del Banco de España, el Santander y el BBVA. Grübel lleva 36 años trabajando en este banco, pese a que lo abandonó seis meses, en plena reestructuración de la cúpula, para volver como primer y único ejecutivo en 2004, tras un periodo de crisis. Ha ordenado la entidad por fuera (con la unificación de marca) y por dentro (con la venta de negocios no bancarios y su reestructuración, y esto no es atractivo para los bancos americanos). Ahora está centrado en banca privada, banca de inversión y gestión de activos en los 60 países donde está presente. Su compromiso es ganar un 40% más, hasta 5.164 millones, en 2006. Grübel espera superar a sus rivales UBS y Merrill Lynch, que hoy gestionan el doble que Crédit Suisse.

"Gastamos cientos de millones en cumplir la ley. Tenemos más de mil abogados. Es un gran coste que pagan los accionistas y clientes"
"Sí, hay ciertas restricciones dentro de la UE porque los mercados y productos son muy diferentes. Hay pocas sinergias en las compras"

Pregunta. ¿Cuándo será posible la compra libre de bancos en Europa? ¿Y cuándo llegarán los bancos americanos a Europa?

Respuesta. No creo que a los bancos estadounidenses les pueda interesar alguno de los bancos minoristas europeos. Lo que se ha visto es una expansión en el mercado europeo y uniones entre bancos de diferentes países, y seguirá siendo así en Europa. A medida que la UE se vaya integrando aumentará el número de fusiones. Sí que hay ciertas restricciones porque los mercados y productos son muy diferentes.

P. Pero el Santander compró Abbey...

R. Y parece haber sido una gran operación, pero lo que compraron fue cuota de mercado en Inglaterra. Seguimos lejos de poder tener un banco europeo que aplique el mismo modelo económico en todos los países. Se pueden comprar otros bancos en cualquier mercado local, pero se pasa a formar parte de ese mercado. Hay pocas sinergias.

P. En España, Emilio Botín, presidente del Santander, se ha quejado del excesivo número de reguladores y de leyes bancarias que tiene que cumplir por estar en muchos países. ¿Qué piensa Credit Suisse de esta situación?

R. La actividad de los bancos ha estado regulada y siempre lo estará porque el dinero es demasiado importante como para no vigilarlo. Nosotros cumplimos las normas de Suiza y Estados Unidos, donde cotizamos. Es cierto que gastamos muchísimo dinero en cumplir la ley. A un banco grande le cuesta cientos de millones hacerlo, pero forma parte del negocio. En Credit Suisse, por ejemplo, tenemos más de 1.000 abogados, porque tenemos operaciones en 60 países. No diría que es un gran problema, es un gran coste, que tienen que pagar accionistas y clientes.

P. Tras 150 años, ¿queda algo de los orígenes en Credit Suisse?

R. Sí, muchas cosas. Nuestro fundador creó una compañía para comprar un ferrocarril y luego fundó el banco. Desde entonces hemos financiado infraestructuras. En aquel momento fue una idea innovadora y nos sigue gustando la innovación y asumir nuevos riesgos.

Uno de nuestros eslóganes es "Nuestra tradición es innovar". Fuimos el primer banco europeo que compró un banco de inversión estadounidense, en 1979, y el primero que compró otro en Brasil, en 1997.

P. ¿Por qué vendieron la aseguradora Winterthur a AXA?

R. Porque nuestros accionistas lo querían desde 2002. Sólo faltaba que se valorara a un buen precio, lo que ocurrió este año. Hace cuatro años nos dijeron que valía 2.500 millones y la hemos vendido por 7.900 millones. A nosotros no nos funcionó el negocio de banca-seguros.

P. ¿Cree que la globalización los refuerza o los debilita, puesto que les afecta cualquier acontecimiento internacional?

R. La globalización de verdad empezó hace cinco o seis años, y es tan fuerte que no se puede parar. Ha generado cientos de millones de empleos en los países en vías de desarrollo y ha ayudado a mucha gente a dejar de morirse de hambre y a tener un trabajo. También provoca el aumento del precio de la energía y las materias primas porque, al trabajar, la gente gana dinero y luego gasta recursos. La globalización permite que se pueda producir con la misma calidad en cualquier país. Asia puede ofrecernos el talento que buscamos y que no tenemos en Europa, por lo que podremos crecer allí. En los próximos dos o tres años podemos crear hasta 4.000 puestos de trabajo en Asia.

P. El mundo atraviesa su mejor momento en 30 años. ¿Cómo ve ahora la economía mundial?

R. La economía mundial seguirá creciendo en el futuro, y esto se basa en un aumento del comercio mundial y en más globalización. No creo que exista una gran amenaza de aumento de los tipos porque hay muy pocas señales de que crezca la inflación. Y esto se debe a la globalización, que permite acudir a cualquier país donde se produzca barato.

P. ¿Y la eurozona?

R. Su actividad económica va bien. Alemania aumenta el crecimiento. La situación pinta mejor de lo que se ha visto en los dos o tres últimos años.

P. ¿Cree que las Bolsas mundiales seguirán subiendo?

R. Creo que existen muchas posibilidades de que la Bolsa siga subiendo, aunque el final del año se complique un poco. Soy muy optimista para el 2007.

P. Hoy hay exceso de liquidez. Muchos fondos buscan dónde invertir. ¿Qué efectos tiene esta situación?

R. Como banquero creo que el exceso de liquidez no existe. Nunca hay demasiado dinero. Siempre hay más oportunidades para invertir (en aeropuertos, autovías, sistemas de agua) que dinero.

P. Los fondos de capital riesgo son dueños de empresas tecnológicas y de telecomunicaciones. ¿Puede haber problemas si se guían por intereses especulativos e invierte a corto plazo?

R. No creo que los fondos quieran especular, aunque eso sí se ha visto, pero fue porque subió mucho la Bolsa y pudieron vender a buen precio al poco de comprar. En el futuro no creo que ocurra. Resulta mucho más fácil aumentar los recursos financieros de las empresas rápidamente y sacarlas a Bolsa cuando se compra una empresa que no funciona bien.

P. ¿Qué efectos tendrá en el sector y en Credit Suisse la nueva regulación de capital y riesgo, conocida como Basilea II?

R. La opinión general es que los requisitos de capital disminuirán para los minoristas y aumentarán para los bancos de inversión como nosotros. La aplicación va a resultar muy cara. A los bancos grandes les va a costar varios cientos de millones aplicar las nuevas reglas. Todavía hay que analizar las consecuencias. Entra en vigor en 2008, con lo cual quedan dos años para desarrollarlo, y en los últimos dos años se han dado bastantes cambios, así que durante los dos siguientes se cambiarán otros aspectos cuando la gente se dé cuenta del aumento en costes. Pero no hará disminuir el precio de los servicios bancarios.

P. ¿Pero a largo plazo cree que merecerá la pena?

R. Basilea II pretende mejorar la gestión del riesgo, una mejor distribución del capital. Pero fue concebido en un momento en el que cambió la concepción del riesgo en todo el mercado. Con los sistemas de riesgo actuales, a nadie se le hubiese ocurrido crear Basilea II porque ya no se necesita.

P. ¿Cree que la tecnología determinará los ganadores y perdedores en el sector bancario?

R. Un banco será más competitivo si es un líder tecnológico. Además, la tecnología favorece a las instituciones más grandes porque la inversión es parecida seas grande o pequeño.

P. Hace años se les relacionó con cuentas de ciudadanos judíos que tenían su dinero en Credit Suisse y lo perdieron tras la II Guerra Mundial.

R. Es un hecho que implicaba a más bancos suizos y que se cerró tras indemnizar a los afectados. La reputación de los bancos es muy importante, pero se verá afectada por hechos actuales, no del pasado.

Oswald Grübel, consejero delegado de Crédit Suisse.
Oswald Grübel, consejero delegado de Crédit Suisse.CRISTÓBAL MANUEL

"Admiro la capacidad de los banqueros españoles para salir fuera de sus fronteras"

Pregunta. ¿Qué admira del sector bancario español?

Respuesta. Creo que su apertura, no sólo en la nación, sino también su perspectiva mundial. Además de tener una gran presencia en América Latina, también intenta crecer en Europa. Esto forma parte de la globalización. La manera de pensar de España, que mira a todo el mundo y no sólo dentro de sus propias fronteras, es admirable. Si se mira el caso español se ve que sus empresas también se benefician mucho de la globalización. Han invertido mucho en América Latina, que ha vivido una gran transformación en los cinco o seis últimos años. Brasil y otros países han pasado de creer que estaban en bancarrota a devolver la deuda exterior. Gracias a la globalización, estos países tienen materias primas y productos agrícolas más baratos que pueden vender en Estados Unidos o Asia gracias a la mejoría de su moneda, de su rating, de su balanza de pagos... Esta mejoría seguirá en el futuro.

P. ¿Cree que el incremento de la riqueza y del número de personas adineradas en España está peligrosamente unido al auge inmobiliario?

R. No. El auge inmobiliario ha influido, pero no creo que sea peligroso.

P. ¿Los precios no son demasiado altos?

R. Después de un aumento tan grande del valor del suelo, uno puede preguntarse cuánto puede seguir o si va a haber una pausa. Desde hace tres años se dice que va a parar y no lo ha hecho. Lo más probable es que se estabilice. Hay muchos jubilados ricos a los que les gustaría mudarse al sur de Europa. Habrá un flujo constante.

P. ¿En qué lugar está Credit Suisse España en beneficios dentro del grupo?

R. Estamos detrás de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. En banca privada estamos más arriba [apunta Fernando Abril Martorell, máximo responsable de España].

P. ¿Qué espera de la división española?

R. Hemos invertido mucho en los últimos 15 años, y ya somos rentables. España va a seguir creciendo a un nivel excepcional en los próximos años.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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