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Se estrella el tren más moderno del mundo

El choque del Transrapid con un vagón-taller causa 25 muertos en el norte de Alemania

Veinticinco personas murieron y 10 resultaron heridas en la mañana de ayer al chocar frontalmente el tren más moderno del mundo con un vagón-taller en la localidad de Lathen, en el norte de Alemania. La buena imagen de la tecnología alemana sufrió un considerable varapalo al accidentarse una de sus joyas más prometedoras, el tren magnético. El Transrapid estaba ocupado en el momento del accidente por 33 personas -en el vagón-taller había al menos dos trabajadores- y realizaba una prueba a 200 kilómetros por hora por sus vías, que discurren sobre pilares a cinco metros de altura. El Transrapid, un tren magnético sin piloto desarrollado por las empresas Siemens y ThyssenKrupp, pretende ser el escaparate de la tecnología punta alemana.

El Transrapid, que estaba destinado a ser un superventas y a colocar a Alemania en el podio de las naciones exportadoras de tecnología punta, inicia así su andadura con la mácula de una tragedia antes incluso de empezar a circular comercialmente en territorio alemán. La única ruta comercial del Transrapid en el mundo conecta el aeropuerto de Shanghai con el centro financiero de esa ciudad china.

Debido a la altura a la que se encuentra la vía del tren, el rescate resultó tortuoso y sólo posible mediante escaleras de bomberos y grúas. Siete horas después de producirse el accidente sólo se habían sacado 15 cadáveres de entre los hierros. Los trozos del tren se dispersaban en 300 metros a la redonda debido al fuerte impacto. Parte de los vagones colgaban de las vías. Los equipos de rescate se disponían a continuar el trabajo toda la noche hasta que se hubiese sacado el último cuerpo de entre los hierros retorcidos. La esperanza de encontrar pasajeros con vida se extinguía a medida que pasaban las horas.

"Es una imagen horrible para todos nosotros", declaró Karl-Heinz Schwarz, jefe de bomberos de Baja Sajonia, después de visitar el lugar del siniestro. "He visto las caras de los bomberos; necesitan atención psicológica de urgencia", explicó Hermann Bröring, máxima autoridad de la comarca. Por la tarde acudieron al lugar el primer ministro de Baja Sajonia, Christian Wulff, y la canciller, Angela Merkel, que interrumpió sus compromisos oficiales para volar desde Berlín al Emsland. "Estoy aquí en triste ocasión. He podido hacerme una imagen de la situación tras el accidente", declaró la canciller visiblemente afectada. Hoy se esperaba la llegada del ministro de Infraestructuras, Wolfgang Tiefensee, que se encontraba de viaje en China y adelantó su vuelta.

Error humano

Los pasajeros que viajaban en el tren eran en parte empleados técnicos del consorcio que lo fabrica y lleva a cabo las pruebas; también había familiares y amigos suyos, según se informó. Once de los pasajeros eran empleados de la compañía eléctrica RWE. El consorcio promotor del tren atribuyó las causas del accidente a un error humano y aseguró que no se encontró ningún fallo técnico.

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El vagón-taller con el que chocó el Transrapid recorre el tramo todas las mañanas para limpiarlo de ramas de árboles, y está previsto que se retire antes de que pase el tren, según explicó ayer al canal de noticias N-TV uno de los responsables. Dos empleados de la fiscalía de Osnabrück confiscaron las grabaciones de la comunicación entre el tren y el puesto de control para la investigación del caso.

El accidente se produjo a las 9.30 en el mayor tramo que existe para pruebas del Transrapid, situado en la región del Emsland, en el Estado federado de Baja Sajonia. Se trata de un trayecto de 31,8 kilómetros construido en 1987 entre las localidades de Lathen y Dörpen expresamente para este tren, cuyas pruebas se aprovechaban para pasear turistas, previo pago de 18 euros.

"Las vacas que pastan pacíficamente bajo el tren magnético apenas perciben un soplo" al paso de éste, asegura la página de promoción turística en Internet del Estado de Baja Sajonia, que recomienda participar en uno de estos paseos a 400 kilómetros por hora. Después de una primera temporada de recorridos turísticos de miércoles a sábado que se llevaron a cabo la pasada primavera, estaban previstos más paseos para visitantes desde julio hasta finales de octubre. Ayer no hubo manera de contactar con el centro de reservas para visitantes.

30 años de debate

Desde hace 30 años se debate en Alemania el proyecto de un tren magnético. Los estudios previos para su desarrollo comenzaron en 1969, y nueve años más tarde se instituyó el consorcio que lo había de desarrollar, formado por Siemens y Thyssen (hoy ThyssenKrupp). Pero una vez madurado técnicamente el proyecto y cuando varios modelos de las primeras generaciones del Transrapid ya se exhiben en los museos, aún no hay en suelo alemán un trayecto comercial del Transrapid que pueda servir de escaparate de la tecnología punta alemana ante el mundo. El accidente de ayer podría convertirse en un obstáculo más.

Varios proyectos para construir el Transrapid en diversas regiones de Alemania -Berlín-Hamburgo fue uno de ellos, y también un modelo menor llamado metro-rapid que debía circular por ciudades de la cuenca del Ruhr- acabaron en la papelera, desechados por ser demasiado caros.

El proyecto se vendió a China, donde el Transrapid circula ya entre la ciudad de Shanghai y su aeropuerto mientras en Alemania se sigue debatiendo sobre la realización del último proyecto en cuestión: la conexión de Múnich con su aeropuerto, un trayecto que el tren tradicional cubre en 40 minutos y que el Transrapid reduciría a 10.

Edmund Stoiber, primer ministro bávaro, pretende que se dé un empujón al proyecto "en los próximos meses", antes de que los chinos se adelanten. Y es que en China, donde se proyecta un segundo tramo del Transrapid entre Shanghai y Hangzhou, separadas por 160 kilómetros, ya se ha anunciado que disponen de gran parte de la tecnología y ya no necesitan comprarla a los alemanes. Esto provocó en Alemania acusaciones hacia China de "robo de tecnología". No puede ser, dijo Stoiber esta semana, que Alemania pague la investigación básica para el Transrapid y otros países se enriquezcan con ella.

Dos bomberos tratan de rescatar el cuerpo de un viajero del tren siniestrado ayer en Lathen.
Dos bomberos tratan de rescatar el cuerpo de un viajero del tren siniestrado ayer en Lathen.ASSOCIATED PRESS

La perla de la tecnología alemana

El tren magnético flotante no tiene ruedas, ejes, motores ni tendido eléctrico. Se desplaza gracias a la tracción de un sistema electromagnético que lo hace avanzar sin rozar la vía. Su ventaja sobre el tren tradicional es que se ahorra el rozamiento que se produce entre las ruedas y los raíles. A primera vista, parece que el Transrapid engulle una cinta y la expulsa por detrás. El método de frenado consiste en invertir el sentido del campo magnético.

Es "uno de los sistemas de transporte más seguros que conocemos actualmente", aseguró en declaraciones a la televisión N-tv el experto en este tipo de trenes Johannes Klühspies. Si bien la velocidad máxima que podía tomar el Transrapid en el tramo de prueba del Emsland era de 450 kilómetros por hora, en condiciones óptimas es capaz de alcanzar los 500.

La gran desventaja del Transrapid es su alto coste. El tramo que se debate actualmente entre el aeropuerto de Múnich y el centro de la capital bávara -apenas 37 kilómetros- costaría alrededor de 1.850 millones de euros. La discusión entre las autoridades del Estado Libre de Baviera y las de la Administración central por la financiación del proyecto lo tiene congelado desde hace años. Edmund Stoiber, primer ministro bávaro, quiere que la mayor parte la paguen el Estado central y la empresa de ferrocarriles, Deutsche Bahn, mientras que el Gobierno alemán cree que es Baviera quien debe hacerse cargo de la financiación. Stoiber pidió el miércoles que se dé un empujón al proyecto.

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