Ibarretxe presiona al Gobierno para que facilite la legalización de Batasuna

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, propuso ayer que Batasuna solicite su legalización con unos nuevos estatutos y que el Gobierno le dé garantías de que no será ilegalizada de nuevo, bien modificando la Ley de Partidos, bien mediante "otra fórmula de interpretación jurídica previamente pactada". Ibarretxe realizó esta propuesta durante el debate de política general que abre el curso en el Parlamento vasco. En él volvió a reclamar la autodeterminación, modificando, si fuera preciso, "el ordenamiento jurídico correspondiente", como la "llave" para solucionar el "conflicto político vasco", estableciendo libremente "el marco de relación que deseamos con el Estado español". En el debate de ayer, ante un incipiente proceso de paz, Ibarretxe dijo que ése es el modo de aprovechar la "oportunidad histórica" creada por el alto el fuego de ETA.

"Iremos a las Cortes una y mil veces con los proyectos que salgan de aquí [del Parlamento vasco], aunque no guste"

Patxi López acusa a Ibarretxe de estar "agotado y sin iniciativa" y de presidir un Gobierno "débil" y sin "liderazgo"

El 'lehendakari' emplaza a la izquierda 'abertzale' a presentar nuevos estatutos y pide al Gobierno que le dé garantías jurídicas

El lehendakari se quejó de la "confusión" que genera "el pulso" que mantienen Batasuna y el Gobierno y volvió a pedir respeto para su plan, rechazado en febrero de 2005 en el Congreso. "Ningunearlo o ridiculizarlo es antidemocrático", acusó, además de reiterar su conocida intención de "culminar el camino con una consulta". "Yo sigo herido", confesó, por el rechazo en el Congreso de aquel proyecto, para anunciar que volverá "mil veces a las Cortes" con los proyectos que salgan del Parlamento vasco.

Ibarretxe reprochó a Batasuna la kale borroka y al Gobierno que niegue la autodeterminación y mantenga la política penitenciaria. A ETA le atribuyó "la obligación de no frustrar de nuevo la esperanza". El presidente vasco se hizo eco de la inquietud existente en torno al proceso de paz y fue explícitamente crítico tanto con Batasuna, a la que interrogó sobre la violencia callejera, como con el presidente del Gobierno. No es de recibo, afirmó refiriéndose a Zapatero, "que diga un día que respeta la voluntad de la sociedad vasca y al siguiente salga negando el derecho de autodeterminación".

"Un pobre balance"

Ibarretxe sufrió las críticas de la oposición por la falta de operatividad de su Gobierno, en minoría y con sólo dos leyes, aparte de los presupuestos, aprobadas en año y medio, y ello con el respaldo de los socialistas. Pero junto a las críticas que cosechó por el que fue considerado por la oposición un pobre balance de gestión, hay que añadir las que le cayeron en relación con sus iniciativas para involucrar a la sociedad vasca en el proceso de paz y de normalización política, que pasa por la puesta en marcha de una mesa de partidos.

Sobre su aportación al proceso de paz, Ibarretxe destacó su plan de paz y convivencia y precisó que impulsará una reunión con la Asociación de Municipios Vascos para hacer de los ayuntamientos la base de la participación social. El lehendakari anunció, sin ponerle fecha aún, el pleno monográfico sobre víctimas del terrorismo comprometido en 2003 y aseguró que antes de fin de año enviará a la Cámara la Ley de Solidaridad con ellas. Al tiempo, reclamó al presidente del Gobierno que desarrolle "una política penitenciaria acorde con los derechos humanos" y adelantó que el próximo martes el Gobierno vasco formalizará la petición de la competencia de Prisiones y solicitará que se reúna la comisión mixta de transferencias con ese fin.

Mesa de partidos

Respecto a la mesa de partidos, Ibarretxe hizo suya la propuesta recientemente planteada por el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, en el sentido de ratificar ya un preacuerdo para su posterior constitución y propuso que éste se base en los principios del Manifiesto Ahotsak, firmado por mujeres de todos los partidos, menos el PP. Ibarretxe pidió también que se pase del diálogo bilateral al multipartido y que se constituya el grupo de trabajo que debe alumbrar la mesa y que él mismo prometió que estaría constituido en el primer trimestre del año pasado.

El lehendakari no pasó por alto los acuerdos logrados en el primer año de su nuevo mandato, tanto con el Gobierno central como con los socialistas en el Parlamento vasco, a los que debe los presupuestos y las dos únicas leyes aprobadas. El primer grupo de la oposición aprovechó para hacer valer esa condición de fuerza útil e imprescindible y su portavoz, Patxi López, diagnosticó que el Gobierno de Ibarretxe está "agotado y sin iniciativa" y que gobierna "por inercia" e incumpliendo mandatos parlamentarios. Familiares de presos interrumpieron su discurso y fueron desalojados.

Ibarretxe había reivindicado la situación de Euskadi, "a la cabeza de los índices de crecimiento y bienestar" del conjunto de España, pero fue precisamente en ese terreno doméstico donde sufrió el castigo más importante por parte de la oposición, que la reprochó la pérdida de posiciones de la sanidad vasca, la carestía de la vivienda y su posición de cabecera en precariedad laboral.