Cinco consejeros en línea

La consejera de Salud, Marina Geli, pidió reabrir el debate sobre la estructrura sanitaria en España, pues una vez descentralizada, se ha definir cuál ha de ser el papel del Ministerio de Sanidad en la nueva organización, "pues tenemos los servicios organizados con una estructura federal, y la financiación no lo es". "Podríamos pensar en que los consejeros autonómicos ocupen el cargo de manera rotatoria o que sea estable, pero que sea realmente un garante de la cohesión territorial. Gali consideró que el Consejo Interterritorial ha fracasado como instrumento de coordinación de las diferentes autonomías y propuso redifinir también su papel. Del mismo modo hemos de revisar en Cataluña los efectos que ha tenido nuestra descentralización, cuyos beneficios son evidentes, pero la medicina cambia constantemente y tal vez tengamos que recentralizar algunos servicios en aras de asegurar los mejores resultados", dijo. La consejera clausuró así un acto con sus predecesores en el cargo -Ramon Espasa, Xavier Trias, Eduard Rius y Xavier Pomés- convocado para conmemorar los 20 años de la Ley General de Sanidad, promovida por el ex ministro de sanidad Ernest Lluch, asesinado por ETA en 2000.

Todos coincidieron en que los avances de la medicina y el envejecimiento de la población plantearán graves problemas de financiación que tarde o temprano se deberán abordar. Xavier Pomés dijo que había tres fórmulas: subir los impuestos, aumentar los impuestos indirectos, o el copago, "una palabra tabú porque quien la diga, sólo durará 10 minutos en el cargo". El debate de la financiación lleva, según Xavier Trias, "dos décadas de retraso" ya que "la Ley General de Sanidad se aprobó sin una memoria económica". Pomés insistió en que "se tiene que decir a la población que participe en la sostenibilidad del sistema: ellos dirán que ya colaboran con los impuestos, pero también quieren más servicios, y los recursos tienen un límite". Rius insistió en la necesidad de revisar el papel del Ministerio de Sanidad y propuso alcanzar un pacto entre todas las fuerzas políticas para preservar el sistema público de salud.

Ramon Espasa, consejero de sanidad durante el Gobierno de unidad que lideró Josep Tarradellas, abrió un debate con el que los demás estuvieron de acuerdo. "Hemos de revisar si acertamos en el modelo de reforma de la asistencia primaria. Creo que fue un error perder la naturaleza capitativa del servicio y convertir a los médicos en meros asalariados", sostuvo.