El director de la Mezquita de Granada acusa al PP de criminalizar sus críticas al Papa
Los populares han pedido a Interior que vigile el entorno del templo musulmán
Las palabras que el Papa Benedicto XVI pronunció en la Universidad de Ratisbona en referencia al Islam fueron recibidas en el barrio granadino del Albaicín, en el que vive una numerosa comunidad musulmana, con división de opiniones. El director de la Mezquita de Granada, Abdel Hasim Castiñeira, acusó al Papa de haberse "alineado" con la política de Bush contra el Islam, lo que ha llevado al PP a solicitar al Ministerio del Interior que aumente la vigilancia en el entorno de la Mezquita. En opinión de Castiñeira, la reacción popular es una "estrategia política".
Aunque la mayoría de los musulmanes granadinos ha aceptado las disculpas del pontífice, otros han visto en la utilización de la cita del emperador bizantino Manuel II Paleólogo un ataque directo al Islam. Entre estos últimos se encuentra el director de la Mezquita de Granada, Abdel Hasim Castiñeira, para quien de poco sirven las excusas pedidas por el pontífice. Según Castiñeira, son mera "diplomacia" recomendada por "sus asesores de imagen", ya que "las primeras palabras fueron las sinceras".
No tardó Castiñeira en encontrar una respuesta desde el Partido Popular. El portavoz adjunto del PP en la Comisión de Interior del Congreso, Alejandro Ballestero, solicitó el pasado miércoles al ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, una explicación sobre "si tiene algún tipo de control sobre el islamismo radical", para después referirse a las declaraciones de Castiñeira, que calificó como "preocupantes" pese a que el Gobierno "pretenda mirar hacia otra parte".
Una vez tuvo conocimiento de la petición que Ballestero realizó al ministro, el director de la Mezquita de Granada volvió a manifestarse públicamente aclarando. "No he acusado a nadie", dijo. Según Castiñeira, sus declaraciones no fueron más que "una reflexión personal". Pese a la polémica generada, Castiñeira dijo no arrepentirse de sus afirmaciones y subrayó que su religión "no permite que nadie se burle ni ataque a Jesucristo o a María", lo que en su opinión no es una norma que sea correspondida.
Con respecto a las manifestaciones lanzadas desde el Partido Popular, Castiñeira afirmó que sus palabras "están siendo utilizadas políticamente" en función a una serie de intereses que son "totalmente ajenos" al debate generado por el discurso del Papa. Por último, volvió a referirse a Benedicto XVI, del que dijo que "no ha hecho más que decir en voz alta lo que piensa toda la jerarquía eclesiástica".
"No volver a herir"
Por su parte, Malik Ruiz, presidente de la Comunidad Islámica de España y Emir de la Mezquita de Granada, hizo un llamamiento a la comunidad cristiana para que "tome nota" con el fin de "no volver a herir" la sensibilidad de los musulmanes. Ruiz, que rechazó cualquier tipo de manifestación violenta, consideró las declaraciones del Papa como "una provocación premeditada lanzada por una persona muy culta, conocedora de la historia y bien asesorada", por lo que descartó que no fuera consciente "de la repercusión que tendría lo que iba a decir".
Además, Ruiz aprovechó para reflexionar sobre la historia de las religiones, que en su opinión está llena de episodios violentos que no deben repetirse. "Todos los movimientos religiosos han estado vinculados en algún momento de la Historia a la violencia" a lo que añadió que en el Cristianismo se han dado ejemplos "tremendamente claros".
La amplia comunidad musulmana de Granada dispone de varias mezquitas, entre las que destaca la del Albaicín, situada junto al mirador de San Nicolás e inaugurada en 2003. Además, el llamado barrio de la Calderería, que sube al Albaicín desde la Calle de Elvira, alberga cientos de negocios, el 90% de ellos regentados por musulmanes.. En él se encuentra la Mezquita Tawua (Temor de Dios), que también tiene un importante trasiego de fieles.
La convivencia en paz es la tónica habitual entre los distintos credos existentes en la ciudad. De hecho, de manera reiterada la Mezquita de Granada se ha solidarizado con las víctimas de los ataques terroristas, independientemente de su signo ideológico o religioso. El propio Castiñeira, tras los atentados del 11-M en Madrid hizo público un comunicado en nombre de la comunidad islámica granadina en el que pedía que se llevara la investigación "hasta el final" y que se hiciera "pagar" a sus autores.
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