Renfe reconoce que 57.000 personas sufrieron las alteraciones originadas por las lluvias

Renfe y Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) pidieron ayer disculpas a los usuarios de trenes que sufrieron la pasada semana las consecuencias del temporal. Disculpas matizadas, porque ambas empresas (la primera mueve los trenes y la segunda gestiona vías y señales) sostienen que actuaron del mejor modo posible. Hubo 28.203 afectados en trenes de largo recorrido y 28.262 en los cercanías, a los que hay que añadir los 530 pasajeros atrapados en tres trenes que iban de Valencia a Barcelona. Pese a ello las quejas presentadas eran sólo 53 a mediodía de ayer y 359 a media tarde.

Tan satisfechos estaban los dirigentes de las empresas públicas ferroviarias de su labor que no dudaron en calificar las críticas hechas por el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, de "injustas y carentes de conocimientos de detalle", aunque "políticamente comprensibles". Por Adif intervinieron Manuel Benegas, director de explotación, y Luis López, responsable del servicio de mantenimiento que fue la máxima autoridad que la empresa envió a Cataluña y eso fue el jueves. Los incidentes empezaron el martes por la tarde. Por Renfe intervino, Abelardo Carrillo, director de los servicios de larga distancia.

El desastre empezó, precisamente, en esta área. Tres trenes que cubrían el trayecto entre Valencia y Barcelona se quedaron a mitad de camino y sus pasajeros (530 en total) tuvieron que ser rescatados con autocares tras una larga aventura que en algunos casos llegó a las 14 horas.

A veces las cosas se tuercen y todo va mal. Eso debieron de pensar los pasajeros de un Euromed que tenía que salir de Valencia sobre las cinco de la tarde y que, a causa de una tormenta, lo hizo con 74 minutos de retraso. Luego arreció la tormenta cerca de Ulldecona y al final todo acabó pasado por agua. Además de ese tren, otro Euromed y un Arco sufrieron peripecias similares hasta que la vía quedó definitivamente cortada durante 60 horas.

Fueron, efectivamente, 60 horas en las que no hubo servicio, pero si se cuenta bien, explicó Luis López, sólo fueron 24, porque en las 36 primeras apenas se pudo trabajar y aun lo que llegó a ser corregido quedó luego desbaratado por otra tormenta. De modo que la cosa no fue tan grave como a primera vista parece.

El corte de la vía se produjo por pérdida de balastro y rotura de un carril y la solución del problema se vio dificultada por los problemas de acceso. El resultado fue que 253 trenes de esta línea fueron suprimidos. Un total de 185 cubrían el trayecto entre Barcelona y Valencia y 53, entre Barcelona y Andalucía.

En el norte hubo también problemas, de modo que los trenes que van de Barcelona a París a través de Portbou fueron desviados por Pamplona y Hendaya, lo que comportó retrasos de unas cuatro horas. También hubo problemas en Montcada y Terrassa que afectaron a Cercanías.

Ni un solo pasajero que quisiera desplazarse, dijo Carrillo, se vio privado de ello gracias a los 208 autocares que hicieron 238 recorridos: 185 entre Barcelona y Valencia y el resto cubrieron el trayecto de Andalucía. La información fue en todo momento adecuada, aunque no se pudieran dar previsiones precisas. Hubo gente quejosa, pero otros agradecieron el trato recibido.