31 montes y bosques reciben la máxima protección ambiental de la Comunidad

Una extensión de montes y bosques de la región equivalente a dos veces el término municipal de Getafe (unas 11.300 hectáreas) forma parte ya del Catálogo de Montes de Utilidad Pública, lo que supone que contarán con la máxima protección ambiental que puede otorgar la Comunidad de Madrid. Así lo decidió ayer el Consejo de Gobierno de Esperanza Aguirre, que también aprobó un plan de reforestación para la zona que supondrá plantar unos 3,5 millones de árboles (sobre todo frondosas y coníferas) en 15 de esos montes ahora protegidos.

La Ley Forestal y de Protección de la Naturaleza de la Comunidad de Madrid establece un régimen jurídico específico para los montes de utilidad pública. Los terrenos son clasificados según ese estatuto como "suelo no urbanizable de especial protección". Eso impide que sean urbanizados e implica que la única ocasión en la que puede cambiarse esa categoría es que exista una declaración específica de que prevalece otra utilidad pública.

Además, la ley considera inalienables, inembargables e imprescriptibles esos terrenos, "salvo los de carácter patrimonial". Estos últimos podrán prescribir por la posesión pública, pacífica e ininterrumpida durante más de 30 años.

Pero sobre todo la clasificación de monte de utilidad pública confiere un estatus de prioridad en las inversiones y actuaciones que realiza Medio Ambiente. "Es decir, reciben los máximos cuidados, investigación y protección por parte de los técnicos medioambientales", según explicaron en la Consejería. Esto supone que sean objeto de inversiones y actuaciones de reforestación, tratamientos selvícolas, reintroducción de especies y gestión técnica específica.

La organización Ecologistas en Acción recibió ayer con agrado la decisión de la Comunidad. "Todo lo que sea declarar montes de utilidad pública nos parece positivo, porque es una protección muy elevada", comentó su portavoz, Santiago Martín Barajas. "Pero es una medida anómala en la política medioambiental de Esperanza Aguirre". Barajas citó como ejemplos de esas medidas poco ecológicas el desdoblamiento de carreteras en áreas de interés natural, los "desarrollos urbanísticos brutales" o la proliferación de campos de golf.

De la superficie incorporada al catálogo, 7,753 hectáreas corresponden a sierra, 2.352 hectáreas a dehesas y otras 1.165 a campiña. Con la inclusión de los nuevos terrenos, el catálogo cuenta ya con 90.000 hectáreas protegidas.