Padres en clase para evitar lloros
Educación física, Lectura y Cálculo son algunas de las materias de la hora extra
Los profesores de la escuela Vila Olímpica de Barcelona han encontrado una solución para evitar que el primer día de clase de los niños y niñas de tres años sea un mar de lágrimas. Padres y madres comparten con sus hijos la primera jornada de sus vidas en un colegio. Un día que, además, es más corto de lo habitual porque la jornada sólo dura una hora y media.
Los resultados son efectivos. ya que ningún niño de P-3 (el nivel que cursan los que tienen tres años o los cumplirán antes de diciembre) rompió a llorar. La directora del centro, Rosa Maria Martínez, pronosticó que los sollozos se producirán hoy, "cuando los pequeños se tengan que separar de sus padres". "Al principio éste es un paso que cuesta mucho, pero al cabo de un mes la mayoría están acostumbrados".
Muchos padres consideran que compartir el primer día de clase con sus hijos es una buena idea. "Así también conocemos a las otras familias", explicó Anna Amorós, mientras su hijo construía una casa con unos bloques de plástico.
"Hemos podido llevar al colegio a nuestro hijo, pero a partir de mañana [por hoy] lo hará una canguro porque nuestra jornada empieza a las siete de la mañana", comentaban Maria Rosa Virgós y Alfred Abelaira, que también son padres de un niño de ocho años.
A diferencia de los más pequeños, algunos alumnos de los otros dos cursos de educación infantil, P-4 y P-5, sí empezaron el curso con alguna lágrima. En una clase de P-5, una niña se quedó de brazos cruzados en un rincón de la clase durante buena parte de la mañana. La pequeña insistía en un mismo mensaje: "No quiero ir al cole". "A mí tampoco me gusta estar aquí", le comentó su profesora, aunque la broma no sirvió para que la niña sonriera.
Los alumnos de primaria de esta escuela harán a partir de este curso una hora más de clase. La directora del centro explicó que este tiempo extra lo destinarán cada día de la semana a reforzar diferentes ámbitos: "Educación física, lectura y expresión escrita, plástica y cálculo". "En la organización de la sexta hora, cada centro tiene autonomía, y puede repartir el tiempo en función de sus necesidades", detalló Ramírez.
Un hecho diferencial del centro es su apuesta por el inglés. Este idioma se introduce cuando los niños tienen cuatro años. Conforme va avanzando su aprendizaje, se utiliza el inglés para impartir algunas materias, como Matemáticas, Sociales o Naturales.
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