"He perdonado a los que mataron a Silvia"
José Luis San Pío, padre de la única víctima española en los atentados del 11-S, conmemoró ayer la muerte de su hija
Cuando le hablan de terrorismo, José Luis San Pío contesta "amor al prójimo" y "perdón". San Pío no es ningún profeta. Es un abogado de Madrid y el padre de la única víctima española de los atentados del 11-S, Silvia San Pío. José Luis perdió a su hija hace cinco años, cuando ella trabajaba con su marido en las oficinas de una compañía de inversiones, en el piso 92 de la torre norte del World Trade Center de Nueva York. Silvia murió en el despacho de la empresa Carr Futures junto a su esposo, el estadounidense John Resta, a quien había conocido en esa oficina. Silvia y John llevaban un año casados y esperaban a su primer hijo.
José Luis San Pío considera que lo "ideal" es mantener el recuerdo y seguir adelante con su propia vida. No se muestra molesto por las peticiones de los medios de comunicación. "Me alegro de que se recuerde el acontecimiento, y que se acuerden de mí". San Pío suele repetir un mensaje: "Procuro expresar mi pensamiento de que el terrorismo no debe ser combatido por la violencia, sino por el amor al prójimo y el perdón".
Al ser preguntado si ha podido perdonar a quienes mataron a su hija, San Pío empieza diciendo que nunca ha sentido odio por los terroristas. Luego se detiene un segundo y acaba contestando que sí: "Creo que les he perdonado". San Pío lo intenta explicar con términos bíblicos: los terroristas "no saben lo que hacen"
Esta cita del Evangelio no es casual. San Pío es cristiano y afirma que, "por supuesto", su fe le ha ayudado. Dice que es un don, que no hay que intentar convencer a la gente, pero que, "gracias a Dios", él es creyente.
San Pío trabajó ayer y asistió a una misa familiar en honor de Silvia, que hoy tendría 31 años. "Un día más o menos normal", explica. San Pío explica que la fecha del aniversario de la muerte de su hija vive cada año con un poco más de intensidad el recuerdo de la desaparecida. Piensa en los buenos momentos vividos con su hija: "O sea, casi todos". Aunque no pretende hacer política, ni puede "hablar como un político", San Pío se muestra crítico respecto a los planes de los gobiernos contra el terrorismo, y expresa estas convicciones en los foros donde es invitado. Quiere insistir en "lo que ha venido después del 11-S". El terrorismo no se ha reducido. San Pío opina que, si realmente se quiere evitar que haya atentados, habrá que "hacer que la injusticia que existe en el mundo se reduzca". San Pío cree necesario precisar que condena el terrorismo que mató a su hija, antes de concluir: "La injusticia no es la causa el terrorismo, pero lo fomenta".
El padre de la víctima española del 11-S cree que el terrorismo es demasiado grave como para dejarlo sólo en manos de los políticos. Entonces, él habla de "misericordia" y de "amar a nuestros semejantes". Lo que hay que hacer -eso cree- es tender puentes, ponerse de acuerdo. Cita una vieja canción francesa: "Si todos los hombres en el mundo quisieran darse la mano...".
San Pío cree que "la unión es la fuerza", y siempre ha acudido a los actos organizados por las víctimas del terrorismo cuando se lo pedían. Se siente solidario con las familias golpeadas por los atentados del 11-M en Madrid y reconoce que conversar con otros afectados por el terro
r le ha ayudado. El padre de Silvia concluye con esperanza: "El terrorismo no cambiará nuestras vidas. Pero si las cambia, debe ser a mejor". Al referirse a atentados como los del 11-S, San Pío no duda en hablar de una ocasión que hay que aprovechar. Él dice que le ha servido para mejorar en su vida. ¿Cómo? "Te muestras más solidario con los demás, les ayudas... Compartes más el dolor. Escuchas la voz interior que todos tenemos".
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