La Churona reina en Madrid

"La adoramos porque es muy milagrosa; ha concedido a muchas personas todo lo que le pidieron". Lourdes, siete años viviendo en Madrid, habla con devoción de la Virgen del Cisne, patrona de Ecuador. Las peticiones a las que se refiere van desde encontrar trabajo en España hasta una salud de hierro. Ella es una de los miles de ecuatorianos que ayer se acercaron a la plaza Mayor de Madrid para rendir homenaje a La Churona, nombre cariñoso que dan a la Virgen por el pelo rizado que luce dentro de su vitrina.

Al lado de los mimos y puestos de numismática habituales en las mañanas de domingo, la multitud de latinoamericanos disfruta de las actuaciones y se deja llevar por la nostalgia de sus países. Juan es uno de los que saben sacar partido a esta nostalgia. A juzgar por el número de clientes, su negocio de helados de sabores tradicionales -coco, plátano- parece bastante lucrativo. "Mi señora los hace en casa", responde este hombre, que habitualmente trabaja en la construcción, cuando se le pregunta por el origen de las existencias. Durante la conversación, Juan no deja de atender a sus compatriotas sacando helados de una nevera portátil.

"Los españoles nos llevasteis a nuestra patrona y ahora la traemos de vuelta"

Una inmobiliaria patrocina el acto: el 12% de sus clientes son ecuatorianos

Los dos puestos de las empresas patrocinadoras del acto reflejan con fidelidad las posibilidades de negocio que nacen con los llegados desde el otro lado del Atlántico. Una de ellas, signo de los tiempos, es una franquicia de inmobiliarias. "Es normal que estemos aquí, los ecuatorianos son ya el 12% del total de nuestra clientela", asegura un responsable de la empresa. El segundo lo han montado el grupo de comunicación Pueblo Nuevo, dirigido a la población inmigrante. Los ecuatorianos, con unos 190.000 censados en el Ayuntamiento, constituyen el grupo de extranjeros más numeroso de Madrid.

Los asistentes se emocionan al hablar de la Virgen a la que homenajean; muchos reconocen a una mujer la responsabilidad de haber trasladado esta festividad al corazón de Madrid. Carmen Ballagán, presidenta de la Asociación Virgen del Cisne, que vive desde hace 10 años en Lavapiés, se empeñó hace dos en traer la imagen de la Virgen desde su país hasta la iglesia de San Lorenzo. Una asidua cuenta que La Churona ha devuelto la vida a la parroquia de Lavapiés. "El sacerdote está feliz, antes sólo había viejitos y ahora tiene la iglesia llena de ecuatorianos", añade.

"Hemos traído la patrona de las 17 provincias del Ecuador al centro de España; siento que mi sacrificio ha valido la pena", asegura orgullosa Ballagán. Éste es el segundo año que la plaza Mayor acoge esta festividad, pero la presidenta de la asociación muestra su alegría por que en esta ocasión la misa posterior se celebre en la Almudena.

Por el apoyo que han recibido del Ayuntamiento, la asociación que preside ha nombrado este año priosta (madrina de la Virgen) a la concejal Ana Botella. Recibió la condecoración en su lugar Tomás Vera, responsable municipal de Inmigración. "Con actos como éste estamos construyendo el futuro de la próxima generación de madrileños e integrando a una parte muy importante de esta ciudad", dijo Vera.

Frente al escenario en el que actúan grupos folclóricos de diversos países latinoamericanos (rancheras mexicanas, merengue venezolano...), la Virgen descansa dentro de una vitrina de cristal, adornada con flores y la bandera amarilla, azul y roja de Ecuador. La mezcla de religión y amor a la patria inunda el discurso de los presentes. "Los españoles nos llevasteis a nuestra patrona y ahora nosotros, a través de la emigración, la traemos de vuelta a la madre patria", dice una mujer de la asociación.

Cada mes de septiembre, una muchedumbre acude en peregrinación para llevar la Virgen del Cisne, una de las imágenes más veneradas en Ecuador, a la provincia de Loja, al sur del país. "Yo siempre participaba en la procesión desde las siete de la mañana hasta las tres de la tarde; espero que no se pierda esta tradición", comenta Carla, camarera de 29 años. "Nuestro catolicismo es una herencia de España; este homenaje nos hace recordar los vínculos entre los dos países", añade Leopoldo Rovayo, cónsul de Ecuador en Madrid.

Tras dos horas largas de discursos, bailes y mucho calor, la Virgen del Cisne emprende su viaje hasta la Almudena. Una decena de hombres la coge sobre sus hombros, mientras una multitud se arremolina alrededor para hacerle fotos con móviles o grabarla con cámaras digitales. Muchos se acercan para tocarla. "Lo hago para que me libre de la tentación y me cuide ella, que ha sido mi segunda madre", explica una mujer que acaba de frotar su gorra sobre la vitrina.

En la calle del Arenal, centenares de inmigrantes acompañan a su patrona en el camino hasta la Almudena. Cantan, casi susurran: "Santa María de la Blanca Paloma...". Ya en la catedral, los ecuatorianos le piden, como decía Lourdes, por su salud, por su futuro en España.