Alta competencia en el bajo costo

British Airways (BA), pionera con Go, parece haber perdido las ganas de repetir el experimento. "Actualmente, no tenemos ninguna filial de esas características", comenta un portavoz de BA en Madrid. "BAConect, que opera vuelos regionales y practica unos precios algo más bajos, no es una low cost". Esto no quiere decir que BA no intente competir con las compañías de bajo coste, reservando, como hacen Iberia o Lufthansa, una parte del pasaje para ofertas de precio bajo. Ahora bien, la cuestión, como reconocen en Iberia, "es que resulta muy difícil competir con las low cost desde la estructura de una compañía de bandera". La distancia entre los costes de las compañías de red y de bajo coste es abismal. Mientras que el coste por pasajero es de 341 euros en Lufthansa o de 332 en BA, es sólo de 40 en Ryanair y de 65 en EasyJet.

Ryanair se ha convertido en la gran amenaza para las compañías convencionales por su impresionante eficiencia. Su tráfico de 2005 (35 millones) supera ya todo el tráfico doméstico e internacional de Iberia, se acerca ya al de la mayor europea, Lufthansa, en sus rutas internacionales, y supera en un 20% a BA y Air France en esos mismos tráficos.

Además, pese a sus precios, logra un margen neto del 18% frente al 6% de BA o el 4% de Air France. Resultados que se deben a una escuálida estructura de costes y a una gran habilidad en el uso de sus aviones. Con 100 aparatos logró 27,5 millones de pasajeros en 2004. Transavia (producto de la fusión de las operaciones chárter con la low cost Basiq Air), con 26 aviones, logró sólo 4,2 millones, siete veces menos.

El problema para Clickair es que a la extrema competencia de estas compañías se suma ahora el menor crecimiento del sector. Los ingresos en el mundo, que, según la IATA, crecieron al 15% en 2004, se elevarán sólo el 10% este año y en torno al 5% en 2007. Una situación que ha empezado a afectar incluso el margen neto de Ryanair, que bajó del 24% del 2002 al 18% del 2005.