"Mi padre no tuvo homenaje"
"Me parece bien que mi hija haya publicado la esquela, aunque al principio puse alguna objeción. Quizá porque ha pasado mucho tiempo y el enfrentarme con eso se me hacía difícil. Yo nunca pude rendir homenaje a mi padre. En España se prohibía el luto a los huérfanos de republicanos" dice Antonio Álvarez, de 81 años. Su padre, José Álvarez Moreno, nació el 2 de julio de 1897, en Jerez de la Frontera (Cádiz) y pertenecía a la Guardia de Asalto. Cometió el error, en sentido histórico, de permanecer fiel al Gobierno de la República por lo que fue fusilado el 23 de julio de 1936.
El día 18 a las tres de la tarde fue a buscarle a casa su compañero, el capitán Justo Pérez Fernández que sería fusilado el mismo día que Álvarez.
La tarde del 18 de julio, en el patio del cuartel de la Guardia de Asalto en la avenida de Hércules, el capitán José Álvarez repartió unos ochenta fusiles entre los militantes obreros a petición del dirigente comunista Manuel Delicado. "Mi abuelo fue el único que repartió armas entre los obreros", señala su nieta Llani Álvarez, que fue quien decidió publicar la esquela en el periódico.
El motivo, igual que el de tantos otros, es reivindicar la memoria de su abuelo. "En mi familia siempre supimos que le habían fusilado, pero nunca hablábamos del tema, mi padre nunca quiso contarnos nada. Pensé que ahora era el momento de hacerlo".
"Tomé la decisión de restaurar la memoria de mi abuelo a raíz de unas declaraciones de [Vicente] Martínez Pujalte [portavoz adjunto del PP en el Congreso] sobre el abuelo de [José Luis Rodríguez] Zapatero. Me ofendí personalmente", afirma Álvarez. Llani considera que es el momento de que todo el mundo sepa "qué fue lo que pasó". No sólo reivindicarles moralmente "sino sacarles a la luz pública y hacerles un homenaje", explica.
"Nos toca a nosotros, los nietos, hacer esa labor, porque a los hijos les duele demasiado. A ellos les cuesta trabajo. Nosotros estamos un poco más alejados emocionalmente por eso tenemos el deber de hacerlo. Ya ha pasado demasiado tiempo para que se reconozca lo que ocurrió de verdad. Aquí había un Gobierno legítimamente establecido", concluye.
Aunque la nieta de José Álvarez entiende que hubo muchos asesinatos, no puede estar de acuerdo en que ahora se haga tabla rasa con la represión franquista. "Me parece una vergüenza, que ahora ellos también estén sacando sus esquelas, no ya como algo personal sino como revancha", señala Llani Álvarez, "ellos han tenido su causa general, sus nombres han estado y están en las iglesias, en las calles, han tenido monumentos.... Pero en mi familia lo único que tuvo fue un carné de huérfano de cuarta".
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