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Entrevista:GIJS DE VRIES | COORDINADOR ANTITERRORISTA DE LA UNIÓN EUROPEA | CINCO AÑOS DEL 11-S

"Las cárceles secretas no ayudan a ganar ni los corazones ni las mentes"

Ana Carbajosa

El holandés Gijs de Vries lleva algo más de dos años al frente de la política antiterrorista de la Unión Europea. En este tiempo, De Vries (Nueva York, 1956) ha visto cómo Europa sufría atentados terroristas sin precedentes. Cinco años después del 11-S, desde su despacho de Bruselas se muestra convencido de que la Europa democrática no se verá derrotada por el terrorismo.

Pregunta. ¿En qué ha cambiado Europa desde el 11-S?

Respuesta. Tenemos una imagen con luces y sombras. Por un lado está claro que los terroristas que siguen las ideas de Bin Laden o Al Zawahiri han fracasado en su objetivo de crear el pánico colectivo en Occidente. Los españoles y los británicos reaccionaron con una gran dignidad a los terribles ataques, y los Gobiernos, de forma mesurada, algo que no se lo esperaban los terroristas. También han fallado en su segundo objetivo, propiciar levantamientos islamistas desde Arabia Saudí hasta Pakistán. De hecho, en Indonesia, el país musulmán más poblado, ha sucedido lo contrario. Jemaah Islamiya pidió a los indonesios la creación de un Estado islámico y fue rechazado por los electores. Por otro lado, muchos ataques terroristas se han podido prevenir, en parte por los servicios secretos nacionales, pero también por la cooperación europea. Ha habido más de 3.000 extradiciones de terroristas en virtud de la euroorden.

"Como se comprobó en Madrid, si podemos rastrear llamadas telefónicas, se puede desmantelar una trama"
"Los musulmanes en Europa respetan la democracia. Pero Bin Laden ha convencido a unos pocos y eso es una amenaza"

P. Pero desde el 11-S se suceden los ataques terroristas.

R. Tenemos que tener fe en nuestros valores. Las democracias occidentales no se han arrodillado ante el terrorismo y no lo harán. Pero hay que tener los pies sobre la tierra. Nos enfrentamos a amenazas serias, pero no hay que sobreactuar. Hay que preservar la proporcionalidad y la mesura.

P. ¿En qué medida ha contribuido la guerra en Irak a la situación actual?

R. La guerra en Irak ha sido un regalo para los extremistas. Se ha dedicado un número muy elevado de vídeos y de páginas de Internet a la respuesta de los extremistas musulmanes a la invasión estadounidense de Irak. Los que reclutan a radicales han explotado los agravios. Extranjeros de todo el mundo han ido a Irak para servir en las filas de la insurgencia. Esto es un problema muy serio para la seguridad internacional. Otro, la detención sin juicio en la cárcel de Guantánamo porque ha mermado la autoridad moral de EE UU.

P. Bush acaba de reconocer la existencia de cárceles secretas. ¿Qué grado de conocimiento tiene Europa de las actividades de su aliado y hasta dónde está la UE dispuesta a llegar en nombre de la lucha contra el terrorismo?

R. La UE lucha contra el terrorismo para proteger las libertades fundamentales: de culto, de expresión, de poder moverse sin miedo. Nuestros medios deben ser compatibles con los valores que defendemos. Las cárceles secretas no sólo están mal desde un punto de vista moral, sino que son ilegales y contraproducentes como herramienta antiterrorista. No ayudan a ganar ni los corazones ni las mentes. Los ministros de Exteriores de la UE han pedido a Bush el cierre de Guantánamo.

P. Sí, pero desde el 11-S Europa se ha visto envuelta en los vuelos de la CIA, en el espionaje de las transacciones financieras a través de Swift, una empresa belga. ¿Dónde fija la UE sus límites?

R. El límite está en los tratados de derechos humanos. En estos textos queda claro que la tortura no está permitida bajo ninguna circunstancia. El caso de Swift todavía está siendo investigado. Y el de la CIA será muy importante para el Consejo de Ministros atender a las recomendaciones que emita el Parlamento Europeo este año. Pero hay otras cuestiones. En la lucha contra el terrorismo hay que mirar a países musulmanes donde no se respetan los derechos humanos, no hay opciones políticas, prevalece la tortura y hay falta de oportunidades económicas. A menudo hay correlación entre áreas en conflicto y facilidades para el reclutamiento, el entrenamiento o el escondite. Parte de la respuesta debe ser la acción preventiva. Por eso, la UE ha incrementado su participación a 12 misiones internacionales.

P. Eso en el plano exterior. En el interior, los Estados parecen menos dispuestos a cooperar entre ellos y a compartir la información de sus servicios de espionaje.

R. Creo que esto es algo del pasado. Ahora hay más intercambio de información entre los servicios secretos. El Sitcen aquí en Bruselas proporciona análisis e información estratégica para que los ministros entiendan las amenazas terroristas. Pero es verdad que hay aún un par de cosas pendientes. Por un lado, es demasiado difícil para los servicios nacionales obtener información de las bases de datos europeas como la del sistema de Schengen. Segundo, es todavía complicado acceder a la bases de datos de los DNI o de los vehículos robados en otro Estado miembro. El intercambio de información entre los Veinticinco debería ser tan sencillo como el de cada país. Aunque la seguridad en aeropuertos y puertos ha mejorado, así como en los pasaportes. Estamos por el control del blanqueo de dinero y además hay nuevas reglas para que la policía tenga acceso a la información sobre redes de telecomunicaciones. Como se comprobó en Madrid, si podemos rastrear llamadas telefónicas de los terroristas, se puede desmantelar una trama. Pero sí, hay una ralentización de iniciativas legislativas en la cooperación policial.

P. ¿Hasta qué punto Europa se enfrenta a la radicalización y el reclutamiento de terroristas en su territorio?

R. La inmensa mayoría de los musulmanes en Europa respetan las reglas de la democracia. Pero Bin Laden ha convencido a unos pocos y eso es una amenaza. Internet es cada vez más importante en la manera en que algunos jóvenes musulmanes se han autorradicalizado. Algunos construyen su propia interpretación del islam cortando y pegando textos de páginas web y crean su propia versión del islam, que a menudo es una parodia triste de su religión.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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