Alfred Bosch gana el Bertrana con un "libro gincana" sobre la Inquisición

"Entretenimiento, intriga, acción, enigmas culturales y un aderezo de esoterismo; una especie de libro gincana". Así describe el periodista y escritor Alfred Bosch Inquisitio, el libro con el que ganó ayer el 39º Premio Prudenci Bertrana de novela y que cuenta la historia de Gaietà Ripoll, un buenazo maestro catalán que, entre los años 1824 y 1826, fue acusado de herejía en Valencia y se convirtió en la última víctima de la Inquisición.

A pesar de que existe poca documentación del caso, Bosch ha urdido en su novela la tragicómica historia del personaje.

El premio está dotado con 42.000 euros y la obra ganadora la editará Columna.Los Premios Literarios de Girona tuvieron como escenario de su fiesta de proclamación, ayer noche, el nuevo auditorio de la ciudad.

Bosch acepta que su libro sea definido como un best seller, admite que pueda relacionarse con la moda de El código da Vinci y no oculta que su deseo es vender muchos ejemplares. Casi una herejía, o quizá el anuncio de nuevos derroteros, en un premio literario que en los últimos años había hecho bandera de la calidad literaria a ultranza.

"Eso no impide que haya escrito la novela tan bien como he sabido, aunque no soy yo quien debe juzgar mi calidad literaria", aclaró.

Bosch, que tiene en su haber premios como el Sant Jordi o el Ramon Llull, siente una especial predilección por las ficciones históricas. "En esta novela, todo lo que es dulce, bonito y agradable, es inventado; todo lo perverso, indecente e inhumano, es real". Inquisitio explora el contraste entre un mundo que avanzaba hacia la modernidad mientras España seguía hundida en el oscurantismo.

En el marco de los mismos galardones literarios de Girona, el 27 º Premio Carles Rahola de ensayo fue para el dietario El vaixell de Genseric, escrito por el valenciano Ferran Garcia-Oliver. El historiador medievalista se definió como "un jornalero del tiempo", dedicado a fijar sus reflexiones en el papel. Garcia-Oliver explicó que su dietario traslucía "la tarea ingrata y difícil de ser valenciano" y "el esperpento y la miseria política" que a menudo les rodea.

Gemma Gorga obtuvo el 29º Premio Miquel de Palol de poesía con Llibre dels minuts, un poemario con resonancias medievales en el que, por modestia, los populares libros de horas con las plegarias de siglos pasados se han convertido aquí en un libro de 60 minutos, en el que a cada minuto le corresponde un poema. "Mis temas son los habituales, pero con una mirada de misterio hacia las pequeñas cosas", explicó la ganadora.

Care Santos, una prolífica narradora con 30 títulos en el mercado y especializada en literatura juvenil, obtuvo el 21º Premio Ramon Muntaner de literatura juvenil. Un camí dins la boira, el segundo título en catalán de la autora, explora las dificultades que entrañan las relaciones más próximas. La protagonista, según explicó, toma una decisión equivocada que le puede complicar la vida.

Quim Cardús, un joven y polifacético valor de la canción en catalán, ganó el 11º Premio Cerverí a la mejor letra de canción. La letra que presentó a concurso, Persistentment, inventari, es, según explicó, "un collage fotográfico de emociones que construyen a un personaje equívoco". El 12º Premio Cerverí a la mejor canción, en este caso a través de una votación popular, fue para Un nom de dona, de Albert Fibla, una visión ingenua de Barcelona.

El último galardón de los Premios Literarios de Girona reconoce las mejores páginas web de literatura catalana. Se premiócon el mismo mérito a Francesc Serés, que documenta en su web el progreso y las derivaciones de sus novelas, y a Lluís Rius, que relaciona la literatura catalana y la Guerra Civil en una web divulgativa titulada Lletres de Batalles.