Pujol atribuye a CiU la garantía de la economía e identidad catalanas
La historia para Jordi Pujol parece un fenómeno cíclico. Y como sucedió a finales de 1999, 2003 y ahora en 2006 -casualmente siempre en vísperas de cruciales elecciones autonómicas para Convergència i Unió- Cataluña se encuentra en una situación de "alto riesgo" para su identidad y progreso económico. Es una situación que, a juicio del ex presidente de la Generalitat, ahora se ha acentuado tras tres años con su partido en la oposición parlamentaria y con un Gobierno de izquierdas al frente de la Generalitat. La solución que Jordi Pujol propuso ayer, en una conferencia en Òmnium Cultural, para que Cataluña salga adelante en este "momento crítico" pasa por "redefinir los objetivos" del país y optar por "un gobierno con más y mejor liderazgo" . De lo contrario, alertó, Cataluña se adentrará en una grave regresión económica e identitaria.
En opinión del ex presidente de la Generalitat, Cataluña se encuentra ante "una encrucijada muy importante" y "si en el plazo de pocos años" no se toman las decisiones adecuadas, bajará "fuertemente en el ranking europeo y también en el español". A su juicio, los retos a los que Cataluña se enfrenta y debe superar son la globalización, las nuevas tecnologías, las deslocalizaciones de las empresas, la inmigración y la "crisis de valores que afecta a Europa". Respecto a la inmigración, uno de los debates más calientes de la agenda política española, Pujol denunció que años atrás fue tildado de "racista y xenófobo" por decir "lo mismo" que hoy "promulgan [el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez] Zapatero y [la vicepresidenta María Teresa Fernández] de la Vega", quienes, ante la llegada masiva de inmigrantes, alertaron de que España no aceptará más sin papeles.
Apuesta por CiU
Pujol contrapuso el Gobierno que, a su juicio, merece Cataluña -"serio, estricto y con poca fraseología", dijo- con el que han dirigido las izquierdas: "El Gobierno de Cataluña no es como el de un ayuntamiento, aunque sea muy grande. Ni como una diputación". Por estas razones, los catalanes, agregó, deberían apostar por un Ejecutivo "que no juegue con lo que es serio, que no sea vulgar ni superficial, que no se deje marear, que no se deje llevar por la improvisación y que introduzca serenidad", rompiendo una lanza a favor de la candidatura de Artur Mas.
Pujol subrayó la "trascendencia de las próximas elecciones" y afirmó que Cataluña necesita "una renovación de su pensamiento político y social". El ex presidente agregó que "los próximos meses y años marcarán mucho el futuro de Cataluña en un periodo largo". Y si no se acierta, "habrá cosas irrecuperables", continuó el ex presidente expresando nuevos malos augurios en caso de repetición de la alianza de izquierdas.
En referencia al proceso de reforma estatutaria, Pujol no escatimó críticas al tripartito y lamentó "la ligereza con la que se ha conducido la negociación", y elogió el pacto entre Zapatero y Mas.
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