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Calderón tiende la mano a sus rivales en su primer discurso como presidente electo

El mandatario de México asume las propuestas izquierdistas de su adversario López Obrador

En su primer discurso como presidente electo de México, Felipe Calderón, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), tendió la mano a sus adversarios políticos para iniciar una etapa de diálogo. El mayor desafío del futuro gobernante será contar en esta andadura con la principal fuerza de la oposición, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), de izquierda, cuyo líder, Andrés Manuel López Obrador, rechaza el fallo del Tribunal Electoral que validó las elecciones del 2 de julio y proclamó presidente a Calderón. El tribunal falló que Calderón venció a López Obrador por 233.831 votos.

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"Cerrar la puerta al diálogo es cerrar la puerta a México", insistió el ganador de los comicios, que abogó por "pasar de la polémica a la cooperación democrática".

Como ya había adelantado en ocasiones anteriores, Calderón se comprometió a incorporar en su programa de gobierno las propuestas de sus rivales, concretamente la lucha contra la pobreza, caballo de batalla del derrotado López Obrador, a quien no mencionó por su nombre.

No cabe duda de que la crisis política desatada tras las elecciones más reñidas de la historia mexicana condicionará la gestión del futuro presidente, cuya agenda deberá incorporar parte de las reclamaciones del candidato del PRD.

Calderón habla hoy, como nunca había hecho, de su sueño de lograr "una sociedad sin discriminaciones ni exclusiones", reconoce que la "pluralidad es el mandato de las urnas", y anuncia su disposición a encabezar un Gobierno que promueva y garantice "la igualdad de oportunidades" y que tenga el combate a la pobreza como primera tarea. Es probable que una de las paradojas del espinoso y largo proceso electoral que ha vivido México sea que la derrota de López Obrador haya permitido un giro político de Calderón hacia un mayor compromiso social.

"La gran hazaña"

El presidente que asumirá el cargo el próximo 1 de diciembre, expresó su voluntad de gobernar para todos, sin distinción de ningún tipo, y de respetar las instituciones. "Convoco a los mexicanos a la gran hazaña de hacer de México un país justo y democrático, un país ganador", dijo ante sus seguidores en la sede panista, donde se descorcharon varias botellas de espumoso.

Calderón inició la jornada con varias reuniones con líderes políticos, entre ellos Manuel Espino, presidente del PAN, Jorge Emilio González Martínez, presidente del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que concurrió a las elecciones presidenciales en coalición con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y Miguel Ángel Jiménez, del partido Nueva Alianza. Con todas estas fuerzas, el presidente electo confía en articular una mayoría en el Congreso.

Calderón señaló en su primer discurso que uno de sus primeros pasos sería un diálogo con el Parlamento para fijar una agenda nacional. En las últimas horas, en la sede del PAN han ido llegando felicitaciones de presidentes, líderes políticos y dirigentes de diversos organismos internacionales. Una de las más esperadas, la del presidente George W. Bush, quien destacó "la vocación democrática y la madurez política del pueblo mexicano".

El próximo gobernante tendrá que recuperar el tiempo perdido desde el 2 de julio hasta su proclamación como presidente electo, que le impidió trabajar en las labores de la transición. Hacía el mediodía, Felipe Calderón se trasladó a la residencia de Los Pinos, donde se reunió con el presidente saliente, Vicente Fox, que ha instruido a cada Secretaría (Ministerios) del Estado facilitar toda la información necesaria al equipo entrante, y preparar conjuntamente el presupuesto de 2007.

"No podemos perder tiempo, para que la transición se haga profesionalmente y la Administración siga funcionando", indicó el presidente.

En la misma sede presidencial, el portavoz Rubén Aguilar había rechazado horas antes el duro varapalo que propinó el martes el Tribunal Electoral a Vicente Fox.

En su dictamen, los magistrados que proclamaron a Calderón próximo presidente de la República, señalaron que las injerencias de Fox durante la campaña electoral fueron las irregularidades más graves de todo el proceso, que llegaron a poner en riesgo los comicios.

En su mensaje de felicitación a su sucesor, el presidente saliente señaló que la Presidencia de la República actuó en todo momento con apego a la ley, y subrayó que el dictamen del tribunal tiene carácter de obligatorio, definitivo e inatacable, y debe ser acatada por todos.

Fox hizo un llamamiento a todos los candidatos a sumarse a un dialogo nacional para construir una nueva etapa en la historia del país. Las críticas contra Fox tuvieron amplio eco en círculos periodísticos y políticos, que subrayaron que el pronunciamiento del tribunal electoral será un estigma con el que tendrá que cargar el presidente saliente.

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