"Para disminuir los flujos se debe usar la diplomacia y la ayuda al desarrollo"

El director ejecutivo de la Agencia Europea de Fronteras, Ilkka Laitinen es un finlandés de 44 años que rebosa vitalidad. Ya a los 20 años comenzó a servir en la guardia fronteriza. Su primera misión como funcionario fue vigilar la entonces frontera de Finlandia con la URSS. Tras ocupar diversos altos cargos en su país, desde 2000 dedica toda su atención al fenómeno de la inmigración. Frontex, que tiene su cuartel general en Varsovia y cuenta con 65 funcionarios y un presupuesto de 16 millones de euros, comenzó a operar hace un año.

Laitinen anuncia que visitará Canarias el próximo otoño, una vez que Frontex funcione a pleno rendimiento. Por el momento, el director de la agencia trabaja con su propio teléfono y ordenador personal.

"Si los países no aportan herramientas, Frontex no tiene nada que coordinar"

Laitinen ve con buenos ojos la iniciativa del Gobierno español de convocar una cumbre de los países mediterráneos miembros de la UE para estudiar el fenómeno de la inmigración. "Es una excelente oportunidad de para unir criterios y coordinar los esfuerzos de cada uno de los ocho países. Es necesario que los países se comprometan a centralizar sus medios de vigilancia y control fronterizo. Por ejemplo, un avión español que realice labores de vigilancia un día a la semana debería ser capaz de desarrollar su tarea más allá de los límites marítimos españoles y ampliarlos, dado el caso, hasta las costas italianas. El próximo día podría ser el turno de un avión francés o italiano. Esto mejoraría notablemente la eficacia de los medios actuales", agregó.

"Una vez que los países se comprometan a cumplir con sus obligaciones, sería Frontex el responsable de coordinar todas las tareas. En un futuro próximo podrían incorporarse a este esquema los países de la ribera sur del Mediterráneo y más tarde, los países subsaharianos", precisa Ilkka Laitinen.

A su juicio, este modelo debería centralizar todos los recursos nacionales en un solo centro de coordinación. "Si en esa cumbre se acepta esta propuesta, el sistema de información estaría operativo en dos años. Por su parte, la simplificación de las estructuras nacionales llevaría sólo unos meses", señala de forma enérgica este funcionario, que ostenta el grado de Brigadier General en la estructura de las Guardias de Frontera.

Laitinen reconoce que durante las próximas semanas la situación puede incluso empeorar en Canarias. "Muchos de los flujos migratorios dependen de la climatología y por ahora el tiempo favorece la navegación en el Atlántico", reconoce.

Frente a algunas críticas vertidas sobre la agencia, aclara que "Frontex no dirige los operativos, sino el país miembro de la UE que lo solicita", y añade que "si los países miembros no aportan las respectivas herramientas para cada operativo, como pueden ser embarcaciones o aviones, Frontex no tendrá nada que coordinar".

En respuesta a las afirmaciones del presidente del Gobierno canario, Adán Martín, acerca de que "los medios de Frontex son insuficientes y han llegado demasiado tarde", Laitinen replica: "Respeto la opinión del señor Martín, pero nosotros somos conscientes de que hemos hecho bien nuestro trabajo. Las demoras no se han producido por negligencia de Frontex. La implementación del operativo está en manos de las autoridades españolas".

Ahora, Frontex trabaja en dos frentes: el flujo de inmigrantes irregulares hacia Canarias y el que tiene como destino Malta a través de Libia. Según el director ejecutivo de la Agencia Europea de Fronteras, el fenómeno de la inmigración no puede detenerse sólo con mecanismos de patrullaje y vigilancia. "El fenómeno es muy complejo. Las razones por las cuales los flujos se ponen en marcha van desde el hambre y la desesperación hasta los conflictos bélicos. En el caso de Canarias, depende mucho de la voluntad y capacidad para actuar de las autoridades tanto de Mauritania como de Senegal. Todos los canales deben ser usados para disminuir el flujo actual, desde la diplomacia hasta la ayuda al desarrollo. La vigilancia es sólo un mecanismo de control, pero los mecanismos de la diplomacia y de la política no pueden ser efectivos si la vigilancia no es eficaz", asegura Laitinen.

El director de Frontex propone "crear equipos de reserva por distribución geográfica, por ejemplo en el Mediterráneo occidental. Equipos de expertos en vigilancia aérea, en criminología, de lingüistas, serán muy necesarios en el futuro. Cuando este concepto esté aceptado, todo será más fácil".