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Montilla califica de "ridícula" la exigencia de catalanidad que le formulan Mas y Carod

Después de que en los últimos días Convergència i Unió (CiU) y Esquerra Republicana (ERC) intentaran atraerse los votos del PSC más catalanistas e identificados con Pasqual Maragall, el candidato socialista, José Montilla, salió ayer al paso del alboroto y calificó la pretensión de nacionalistas y republicanos como "pura y simplemente ridícula".

La reacción de Montilla se concentró en su principal adversario, el líder de la federación nacionalista, Artur Mas, a quien recordó que su apelación al voto del sector maragallista del PSC -defraudado por el relevo del presidente de la Generalitat como candidato socialista a las elecciones autonómicas- choca frontalmente con los ataques constantes que CiU ha lanzado contra el propio Maragall.

A escasas semanas de que arranque la campaña electoral y con el malestar en el entorno de Maragall por su relevo, el catalanismo del primer secretario del PSC volvió ayer a ser, una vez más, el centro del debate político.

Mas aseguró que su llamamiento a los catalanistas del PSC sería igualmente válido si el candidato socialista fuera de nuevo Maragall. Pero destacó que Montilla "es más del aparato socialista y más del PSOE" y eso le hace menos indicado para ocupar la presidencia de la Generalitat "porque antes del PSOE tiene que defender a todos los ciudadanos de Cataluña". Y Montilla, por enésima vez, respondió aludiendo al motivo del que parten estos ataques. que es su lugar de origen. Haber nacido en Iznájar (Córdoba), no le impide ser ciudadano catalán "por convicción y por elección", aseguró.

Sin embargo, no es sólo CiU la que pone en duda la idoneidad de Montilla para presidir la Generalitat. El líder de ERC, Josep Lluís Carod, sostuvo que el relevo de Maragall por Montilla y del alcalde de Barcelona, Joan Clos, por Jordi Hereu, supone el punto final a la "hegemonía de la tradición catalanista de izquierdas antifranquista".

Reventós, Obiols y Maragall

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Esta tradición socialista catalana, a la que pertenecían los fundadores del PSC, como Joan Reventós, Raimon Obiols y el propio Maragall, en opinión de Carod, "ha sido sustituida por partidos de la extrema izquierda española, como Bandera Roja o el Partido del Trabajo de España" que tiene una cultura de "socialismo estatalista". En el último de estos partidos hizo Montilla sus primeras armas políticas antes de recalar en el PSC.

En una nueva expresión de la equidistancia entre PSC y CiU que Esquerra ha retomado, Carod añadió inmediatamente: "no es serio que Artur Mas reclame a Montilla un catalanismo que él mismo no tiene". Carod aludía a que Mas no participó en la lucha antifranquista en su juventud y no se interesó por la política hasta que tuvo un alto cargo en la Generalitat en la etapa de CiU.

El líder de Iniciativa Verds, Joan Saura, echó por tierra los argumentos de la federación nacionalista para hacerse con los votos más catalanistas del PSC. No puede reclamar votos de izquierda un partido que, como hizo el domingo el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, utilice los mismos argumentos que se utilizaban para negar el voto a los trabajadores y a las mujeres para reconocérselo ahora a los inmigrantes extracomunitarios en las elecciones municipales.

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