Vacaciones para ayudar al quebrantahuesos

Esperanza Jiménez, una cordobesa licenciada en Empresariales, se dio cuenta con el paso del tiempo de que su verdadera pasión era trabajar en contacto con la naturaleza. Por eso, dejó el mundo empresarial y se presentó a unas oposiciones de agente forestal, que aprobó. Ahora es una de las monitoras del campo de voluntariado que la Fundación Gypaetus organiza en Cazorla (Jaén), en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente, sobre educación ambiental y, concretamente, a trabajar en la reintroducción del quebrantahuesos.

Una treintena de voluntarios, de 18 a 30 años, llegados desde Andalucía, Murcia y Madrid (también hay un participante inglés), colaboran en esta actividad que forma parte del proyecto de reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía. Tras un intensivo módulo de formación de 20 horas, los voluntarios ese dividen en cuatro equipos de trabajo que se rotan en diferentes tareas en el centro de recuperación Guadalentín: limpieza y construcción de jaulas, mantenimiento de la granja de conejos, plantación de árboles y setos en el recinto de cría.

Los voluntarios hacen una labor de difusión y concienciación entre la población sobre esta especie en peligro de extinción. Se han instalado dos puntos de información en Arroyo Frío y en el Centro de Interpretación de la Torre del Vinagre, dentro del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas, para informar a turistas y visitantes sobre este proyecto.

Dos equipos itinerantes visitan todos los pueblos del parque natural jiennense y el granadino de Castril para informar a ciudadanos locales y a visitantes sobre la liberación de los tres primeros ejemplares de quebrantahuesos efectuada en el pasado mes de mayo, 20 años después de su extinción. Estos grupos itinerantes invitan a la gente a mirar al cielo, a buscarlos y reconocerlos por sus diferentes marcas y a rellenar unas fichas de seguimiento que ayudarán a los técnicos del proyecto a seguir los movimientos y comportamientos de los primeros quebrantahuesos reintroducidos.

Una de las actividades más llamativas fue la que realizaron el pasado martes, cuando 18 voluntarios se metieron en el río Cerezuelo a su paso por el casco urbano de Cazorla y, ante la mirada de locales y visitantes, acumularon fuera del cauce una importante montaña de basura en un solo día de trabajo. "Ése es el valor real del voluntariado, la capacidad ejemplificadora que tiene, no sólo para el turista, sino para el principal responsable de la conservación del quebrantahuesos: el vecino serrano", destaca Antonio Carrasco, coordinador de este campo .

La Consejería de Medioambiente puso en marcha el proyecto de reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía en 1996. La concesión de un proyecto Life en 2004 por parte de la Comisión Europea supuso el impulso definitivo para la fundación y el proyecto.

Con esta actividad, la Junta inicia una nueva edición de los campos de voluntariado que este año se celebrarán también en los parques naturales Bahía de Cádiz, Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, Sierra María-Los Vélez, Sierra de Grazalema, Sierras Subbéticas, Sierra de Andújar, Sierra Nevada, y en la reserva natural Laguna de Fuente de Piedra. Los participantes en estos campos de voluntariado en espacios naturales realizarán actuaciones encaminadas a la recuperación, conservación y restauración de ecosistemas, protección de la flora y fauna, o la recuperación del patrimonio histórico-etnológico.

Estas labores se enmarcan en el programa de voluntariado ambiental de la Junta de Andalucía, cuyos objetivos se centran en la educación ambiental, la conservación del medio ambiente y de los recursos naturales o en la promoción ambiental y cultural del medio rural. En este programa se incluyen también las redes de voluntariado ambiental en espacios naturales y en el litoral, el proyecto denominado Migres, para el seguimiento de las aves en el Estrecho de Gibraltar y la Jornada de Acción Litoral.