Recuperar la memoria
Con referencia a la publicación que sobre la futura Ley de la Memoria (Recuperación de la Memoria Histórica) aparece en las páginas 24 y 25 de su diario dominical de fecha 13 de agosto de 2006, queremos expresar, como hijos de un fusilado por las huestes de Franco, la ilusión que nos produce cualquier iniciativa oficial tendente a recuperar esa memoria histórica tan debatida actualmente.
Sin embargo, con tristeza, vemos que en dicho reportaje han sido olvidados los españoles fusilados en el antiguo protectorado español en Marruecos, Ceuta y Melilla. Nuestro padre, policía destinado en el puesto fronterizo de Cuesta Colorada, entre el ex protectorado español y Tánger, fue fusilado el 25 de agosto de 1936 en el campo de concentración de Ben Karrich (Tetuán). En este lugar se perdió su rastro. Al parecer los restos de esas personas fueron trasladados posteriormente desde una fosa común a otras fosas igual de anónimas, pero al cementerio español de Tetuán. Esta información nos fue facilitada verbalmente por el historiador Francisco Montoya, autor del libro Ceuta y Norte de África: República, guerra y represión.
Hemos visitado posteriormente dicho cementerio. Nos desplazamos a Tetuán en mayo de 2005 y encontramos unas lápidas anónimas en un entorno lamentable de abandono, sin que nadie, ni el consulado español de Tetuán, nos informase o confirmase a quiénes pertenecían -si es que los habían- los restos que supuestamente albergaban. Pensamos que esos españoles que en la fecha del levantamiento franquista residían en Marruecos y que fueron asesinados sin motivo alguno y su memoria borrada de la faz de la tierra, pero no de la de sus familiares, merecen tanto como los de la península que sus nombres y situación afloren con dignidad de nuevo, máxime cuando fue en el norte de África donde se inició la Guerra Civil.
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