El número de jueces que abandona Euskadi alcanza la cifra más elevada de su historia

El número de jueces y magistrados que abandonan sus destinos en el País Vasco tras conseguir una plaza en algún órgano judicial del resto de España alcanzó el año pasado su cota histórica más alta. Un total de 62 jueces y magistrados se marcharon en 2005 de Euskadi (en concreto, 57 magistrados y 5 jueces) frente a los 30 que lo hicieron el año precedente, según los datos includos en las respectivas memorias del Tribunal Superior de Justicia vasco. Hasta el momneto, la cifra más alta de cambios de destino registrados era, precisamente, la de 2004. Los tres años sin atentados mortales de ETA previos al alto el fuego permanente que delcaró el pasado 22 marzo no ha afectado a las sucesivas oleadas de jueces que han optado por conseguir un destino fuera de la comunidad autónoma.

De hecho, la historia se ha vuelto a repetir. Durante la anterior tregua de ETA, que se extendió entre septiembre de 1998 y diciembre de 1999, la movilidad de los jueces y magistrados vascos fue similar o incluso mayor que en los momentos en los que la organización terrorista colocó a la judicatura y a los fiscales en su punto de mira. En 1999, por ejemplo, lograron una plaza fuera de la comunidad autónoma un total de 22 profesionales, mientras que en 2000, cuando se vivía la peor ofensiva de la organización terrorista de los últimos años, fueron 19. Un año después, fueron un total de 20 los jueces y magistrados que lograron una plaza en el resto de España.

El 7 de noviembre de 2001, ETA asesinaba al magistrado de la Audiencia de Vizcaya José María Lidón. Todo el mundo pensó entonces que se podía producir una desbandada general en los órganos judiciales vascos. Los jueces exigieron a los responsables tanto del Ministerio del Interior como de la consejería que encabeza Javier Balza la generalización de las escoltas para todos los miembros de la judicatura y los fiscales destinados en la comunidad autónoma. Sin embargo y contra todo pronóstico, durante 2002 únicamente abandonaron sus destinos seis magistrados, la cifra más baja de prácticamente las últimas décadas.

En la memoria del máximo tribunal vasco correspondiente a 2004, hecha pública en julio del año siguiente, se podía volver a constatar que Euskadi está afectada por una movilidad judicial muy elevada. Dicho ejercicio se conocían de nuevo las cotas más altas de profesionales de la justicia que optaban por destinos en el resto del territorio nacional: una treintena de miembros de la judicatura lograban plaza fuera de la comunidad autónoma.

Incidencia "mínima"

Ese año, y por primera vez -aunque los datos relativos a los periodos anterior y posterior a la pasada tregua etarra ya lo habían revelado-, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Fernando Ruiz Piñeiro, reconocía públicamente que el incremento del número de jueces que se habían marchado no estaba relacionado con la persistencia de la violencia terrorista. De hecho, en los meses anteriores al alto el fuego los dos sectores que fueron especialmente castigados por las bombas etarras fueron los empresarios y los juzgados de la comunidad autónoma.

"Aquella situación es distinta a la de hoy", señaló a este periódico Ruiz Piñeiro durante la presentación de la memoria de 2004. "La razón es que los compañeros que hayan tenido una preocupación por su seguridad personal de intensidad suficiente como para provocar que se vayan de la comunidad, han tenido ocasión de irse y, de hecho, lo habrán hecho ya", subrayó. La incidencia actual de la amenaza terrorista en la movilidad de los jueces es, dijo entonces, "mínima".

De hecho, el relajamiento de los jueces, fiscales y magistrados destinados en Euskadi con respecto a ETA se constató durante todo 2005, cuando decenas de ellos, hasta alcanzar el centenar, optaron por renunciar a llevar escolta. Según los últimos datos conocidos tras la declaración de alto el fuego, otra media docena de jueces se han sumado en estos pocos meses al centenar de profesionales de la judicatura y de la fiscalía que han optado por prescindir de su acompañante.

A este problema de la movilidad hay que unir otro factor que históricamente también ha hecho mella en los tribunales vascos: la elevada proporción de jueces sustitutos. En su memoria correspondiente a 2004, el Tribunal Superior advertía sobre el peligro del "mantenimiento de una excesiva justicia interina" y defendía la adopción de "soluciones inmediata y eficaces". Ese año se realizaron un total de 518 llamamientos de jueces. La cifra se redujo el año pasado hasta los 410 llamamientos, consolidando un descenso desde que en 2002 alcanzase un máximo histórico de 926 llamamientos. En los cinco ejercicios precedentes oscilaron entre los 166 de 1997 y los 275 de 2001.