Grupos de francotiradores abren fuego contra peregrinos chiíes en Bagdad

Al menos 20 personas murieron y 300 más resultaron heridas ayer en Bagdad en varios ataques -disparos de francotiradores y explosiones- dirigidos contra la comunidad chií el día que los seguidores de esta corriente del islam celebraban una fiesta religiosa. Los ataques se produjeron a lo largo de la mañana en distintos barrios del centro de la capital, según declaró el portavoz del Ministerio de Sanidad, Hakim al Zamili, y a pesar de las medidas de seguridad adoptadas, incluida la prohibición del tráfico rodado, para proteger a los peregrinos chiíes.

Centenares de miles de chiíes acudían a Bagdad para visitar el mausoleo del imán Musa al Kadim, en el barrio Al Kadhimiya, en el norte de la capital. Los peregrinos conmemoran la muerte en el año 799 del imán, una de las figuras más veneradas por la mayoritaria comunidad chií de Irak. Alrededor del santuario, hombres, mujeres y niños, a menudo vestidos con trajes negros, blandían banderas amarillas y verdes, así como ejemplares del Corán. Muchos de ellos venían de fuera y habían andado varios días, descalzos, para llegar a Bagdad.

Los peregrinos fueron objetivo de los francotiradores cuando cruzaron los barrios suníes para acudir al mausoleo, ubicado en la margen oeste del río Tigris, cuya población es mayormente suní. Los actos de violencia sectaria se han cobrado las vidas de miles de personas desde enero de 2006.

Por otra parte, hoy empieza un nuevo juicio contra el ex dictador Sadam Husein y seis ex mandos militares, acusados de la matanza de miles de kurdos en una campaña de genocidio en 1988. El tribunal juzgará también a Ali Hassan al Majid, primo del ex presidente conocido como Alí el Químico por ordenar ataques con gas contra varios pueblos kurdos.

El proceso ha reabierto viejas heridas entre los kurdos del norte de Irak, y en los pueblos afectados por los crímenes de Sadam muchos esperan que el ex dictador sea ejecutado por la campaña que, según ellos, causó 100.000 muertos.

Los juristas iraquíes creen que Husein no reconocerá su culpabilidad y alegará que las matanzas eran la legítima respuesta del Estado a los ataques de las guerrillas kurdas contra el Gobierno iraquí, como declaró en otras ocasiones. En el proceso que se abre hoy, el ex dictador enfrenta los cargos de crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio.