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Reportaje:

Las esencias de la tecnología

Altex levanta en Valencia la primera planta de carbono supercrítico

Extraer cafeína del café, ácido cítrico del hibisco o proteínas de la alfalfa es una actividad en alza en paralelo a la creciente demanda de yogures que curan el colesterol, cervezas que no emborrachan o fármacos ecológicos. El carbono en estado supercrítico, ni líquido ni sólido, ofrece las mejores posibilidades como disolvente limpio, el sueño de la industria extractiva.

Alta Tecnología Extractiva (Altex) es una sociedad dominada por Ainia, el instituto tecnológico de la industria agroalimentaria de la Comunidad Valenciana, que combina la creciente demanda de extractos vegetales con el dominio técnico del carbono supercrítico y que levanta la primera planta industrial española de alta tecnología destinada a producir esencias.

Ainia controla el 70% del capital de la sociedad. Montloeder y Exxentia, dos fabricantes de extractos botánicos, son titulares de un 15% cada uno
La compañía estima que va a facturar 360.000 euros en 2006, 800.000 en 2007 y más de dos millones en 2010

Altex es fruto de una apuesta que Ainia hizo hace 16 años por la maestría en los usos del carbono en estado supercrítico. Las primeras tentativas de levantar una industria a partir del dominio de una tecnología extractiva limpia, que actúa a una temperatura de apenas 50 grados centígrados y permite conservar intactas las propiedades de alcoholes, moléculas o estrógenos de origen vegetal, se remontan a cinco años atrás.

Se barajaron socios y números durante este tiempo. Y finalmente, Altex nace con tres socios. Ainia controla el 70% del capital social (428.000 euros). Montloeder, una empresa con sede en Elche (Alicante) y que produce extractos botánicos, y Exxentia Grupo Fitoterapéutico, con sede en Madrid y propietaria de la primera fábrica española de extractos botánicos en Toledo, son titulares de un 15% cada una.

Altex dispone de unos fondos propios próximos al millón de euros y prevé una inversión inicial en torno a 2,7 millones para levantar cuatro tanques de mil litros de capacidad para someter a cualquier producto botánico al fluido de carbono en estado supercrítico.

Montloeder y Exxentia sirven sus productos a la industria alimentaria, farmacéutica, cosmética o química. Portavoces de ambas empresas citan los productos nutricionales. Las dos sociedades exportan la mayoría de su producción.

Hasta la fecha, la extracción de esencias botánicas exige el uso de disolventes de todo tipo. Montloeder y Exxentia trabajan en la vanguardia del método tradicional a través del uso exclusivo de alcoholes o agua para evitar cualquier atisbo de contaminación. Altex es el mercedes de la tecnología extractiva, en palabras de Juan Carlos de Gregorio, presidente de Exxentia, y abre un nuevo campo de posibilidades. Vicente Cartagena, presidente de Montloeder, sugiere que hace falta "tiempo y práctica" para explorar todas las posibilidades de la nueva tecnología y "definir los productos susceptibles" de ser fabricados por Altex.

Sebastián Subirats, director de Ainia, recuerda los primeros pasos en la tecnología supercrítica. "Empezamos con un reactor de medio litro, que compramos. Luego diseñamos y construimos un reactor de cinco litros, luego lo multiplicamos por cuatro. Más tarde compramos una torre de destilación supercrítica. Y lo que vamos a hacer con Altex es construir cuatro reactores de mil litros, un volumen importante y significado a nivel industrial". Subirats, responsable de una entidad sin ánimo de lucro, se extiende en detalles sobre los talleres metalúrgicos que trabajan para el proyecto y la importancia de controlar todo el proceso de fabricación porque "la tecnología, o es propia, o no es tecnología", sentencia.

Pero también celebra el interés empresarial de sus socios. "Los dos son clientes, que era lo que queríamos para cualificar nuestro proyecto", explica Subirats. "No queríamos socios de capital, queríamos socios usuarios que son los que legitiman nuestro objetivo, que la tecnología se transfiera y que la industria tire de la tecnología para que nosotros le demos el soporte científico que necesita".

Altex ofrecerá servicios a quien lo solicite, desde la desinsectación del trigo sin recurrir a pesticidas hasta la depuración de antibióticos envilecidos por los residuos que generan las reacciones de síntesis que exige su producción, o servirá productos finales a clientes que los requieran. "Si un fabricante quiere incorporar vitamina D a la leche para ofrecer un producto que estimule el bronceado, Altex se lo servirá", explica De Gregorio.

Altex estima un volumen de ingresos creciente desde 360.000 euros en 2006, después de apenas medio año de uso industrial, a 800.000 en 2007 y por encima de dos millones de euros en 2010. El plan de negocio para establecer la viabilidad del proyecto fue encomendado a Deloitte & Touche hace dos años en aras del "rigor y la neutralidad", en palabras de Subirats. Las instalaciones se amortizarían en diez años.

La industria de los alimentos funcionales nació en Japón hace 20 años tras detectar el Gobierno carencias alimentarias en sus jubilados. EE UU y Japón son los grandes consumidores de extractos y esencias botánicas, pero el negocio crece en paralelo al gusto por el bienestar y la belleza, dice De Gregorio. Y señala que los productos verdes apenas ocupan el 10% de los escaparates en las farmacias en España, pero llegan al 15% en las italianas, al 25% en las francesas, y al 50% en las alemanas.

Sebastián Subirats, director de Ainia.
Sebastián Subirats, director de Ainia.MÒNICA TORRES

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