Acaba el sueño de la playa de Luna

Las primeras impresiones, muchas veces, son las que cuentan. La cara del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón fue de estupefacción cuando los vecinos del barrio de Universidad le propusieron el pasado 29 de julio crear una playa en la plaza de Soledad Torres Acosta. El proyecto planteaba dejar atrás la degradación del espacio público que alcanzó su máxima expresión el pasado 23 de junio, cuando una prostituta murió apuñalada en plena calle, a base de 500 metros cúbicos de arena, ocho duchas y 50 sombrillas.

Los técnicos de Sanidad del Ayuntamiento ya han declarado a la Junta Municipal del distrito de Centro que el proyecto es inviable. "Una playa sin agua es un foco de bichos y enfermedades", advierten desde el Consistorio. Los vecinos asociados en la Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad (Acibu), pidieron a finales del pasado julio la puesta en marcha del área de descanso para el mes de agosto. A punto de acabar el mes, lo máximo que han conseguido es la promesa del alcalde de comenzar las obras de remodelación de la zona el próximo noviembre.

"No sabemos aún por qué se hace en París y al lado de Gran Vía, no", dice una vecina

"No sabemos todavía por qué en París se puede disfrutar de una playa y al lado de la Gran Vía, no", protesta Isabel Rodríguez, presidenta de la asamblea vecinal, refiriéndose a las sombrillas y hamacas instaladas desde 2002 en la ribera del Sena.

Los miembros de Acibu han pasado, en menos de un mes, de la "satisfacción" por ser escuchados por el alcalde a la "indignación" por no haber sido informados de la negativa de manera directa, a través de los responsables políticos del Ayuntamiento. Los vecinos anuncian en un comunicado que se enteraron "por la prensa" de la existencia de un informe que desaconseja su propuesta playera.

"No existe ningún informe, pero los técnicos ya le han hecho saber al concejal que la playa no sería higiénica y no tiene sentido", aseguran fuentes municipales. El estudio de arquitectos Ecosistemaurbano, creador de la Playa Luna, considera injustificado el dictamen de los técnicos municipales. "Si la falta de agua convierte a la playa en insalubre, lo mismo pasa con los areneros de los niños", afirma Michael Moradiellos, uno de los arquitectos.

La preocupación de los vecinos por las malas condiciones en las que se encuentra la plaza de Torres Acosta se puso de manifiesto cuando el pasado 22 de junio hicieron público un video. En la cinta mostraban cómo los trapicheos, la drogadicción, las agresiones y las borracheras eran la actividad cotidiana del espacio peatonal atravesado por la calle de Tudescos. Los mendigos y las prostitutas eran los principales usuarios de la plaza, mientras los columpios infantiles quedaban abandonados por los niños.

Un día después de que los vecinos publicaran su denuncia audiovisual, una prostituta ucrania moría apuñalada en plena calle a manos de su ex pareja. Desde entonces los agentes de policía han tomado la plaza, provocando la expansión de la delincuencia a las calles adyacentes como la de San Roque, Corredera Baja de San Pablo y Desengaño.

Y las concentraciones de protesta de los vecinos se han intensificado. Se han reunido con la cara tapada simbolizando que Gallardón les ignora y con bañador y pareo para pedir la playa. Su sueño tendrá que esperar hasta el año que viene. "No nos importa que este alcalde rechace la playa. Sabemos que se trata de un proyecto muy comercial y seguro que lo quiere cualquier otra ciudad", aseveran desde Ecosistemaurbano.

Este estudio de arquitectos, creado en 2001, tiene un gran reconocimiento internacional en sus proyectos. Junto a cuatro equipos estadounidenses, fueron elegidos finalistas del concurso convocado por el Ayuntamiento de Filadelfia para resolver sus problemas urbanos. Además, acaban de ganar el premio Europan de jóvenes arquitectos por su rehabilitación de un antiguo vertedero en Maribor, Eslovenia.

El alcalde ha renunciado a su idea para Torres Acosta pero Ecosistemaurbano ya trabaja para la mejora de Madrid. Un ecobulevar en el ensanche de Vallecas y la creación del Museo de la Meteorología en el parque del Buen Retiro son las dos obras en marcha de este equipo, caracterizado por idear intervenciones impactantes de bajo presupuesto.

El equipamiento de la Playa Luna apenas costaba 12.000 euros, una cantidad que "no precisa de un presupuesto especial por parte del Consistorio", según uno de los arquitectos de Ecosistemaurbano.

"Lo único que queremos es que los vecinos vuelvan de sus vacaciones y encuentren un espacio para convivir", expone Jordi Gordon, uno de los habitantes de Universidad más activo. A su vuelta del descanso estival los vecinos seguirán percibiendo el olor a orín en los portales, verán en el barrio a los indigentes dormir en las calles y a las prostitutas trabajando en la calle cuyo nombre mejor simboliza el estado de ánimo de los vecinos tras soñar un mes con la playa, Desengaño.