Los equipos de extinción controlan 100 fuegos en un día y alejan de las ciudades el peligro
Los incendios remiten en Pontevedra pero siguen castigando A Coruña y Ourense
Las áreas urbanas del sur de Galicia comenzaban ayer a recuperar una cierta normalidad. Sofocada la mayoría de los fuegos en Pontevedra, una provincia que ha ardido de arriba abajo, las llamas persistían en algunas zonas de A Coruña y se extendían por Ourense, donde un incendio amenazó durante horas un gasoducto. Pese a la mejoría de la situación y los mensajes de optimismo de la Xunta, ayer se produjeron 150 incendios. Al menos un centenar pudieron ser controlados o extinguidos a lo largo del día. Los partes meteorológicos anuncian lluvia para mañana o el miércoles.
Había gestos distendidos e incluso algunas bromas entre los responsables políticos, policiales y militares que salían ayer en Santiago de la reunión del comité de coordinación, presidido por el jefe del Ejecutivo autónomo, Emilio Pérez Touriño, en la que participó también el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
La jornada amaneció con una tranquilidad desconocida en los últimos 10 días. En los principales núcleos urbanos, las columnas de humo se estaban deshaciendo en penachos cada vez más distantes y la atmósfera era mucho más respirable.
Los partes de la mañana registraban 70 incendios, entre activos y controlados, la mitad del promedio de los últimos días. Pero el recuento de última hora de la tarde consignó 150 fuegos a lo largo del día. La Consejería de Medio Rural de la Xunta ha empezado a dosificar la información y ha variado los criterios para clasificar los incendios. Hasta ahora ofrecía actualizaciones constantes con la situación exacta en cada momento: distinguía entre fuegos activos y controlados y omitía los extinguidos. Ahora se informa también de los que ya están sofocados, pero los suma a los que se encuentran bajo control. Según un portavoz del departamento, el cambio de criterio pretende que se conozca exactamente el número de fuegos al día.
Las sucesivas incorporaciones de la última semana al dispositivo de extinción, con el Ejército, la ayuda recibida de otras comunidades y los bomberos voluntarios, ha duplicado la dotación inicial, que es ahora de 15.000 personas y 70 medios aéreos. "El sábado, los equipos lograron extinguir el 94% de los fuegos declarados", afirmó Touriño, quien insistió, como en jornadas precedentes, en que "la situación mejora cada día". Poco antes, el líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, había reprochado al presidente su optimismo: "Aún queda mucho y todos sabemos que en Galicia los incendios se concentran siempre en la última quincena de agosto y la primera de septiembre". "No bajaremos la guardia", aseguró Touriño, cuyo optimismo está reforzado por los partes meteorológicos que predicen lluvia para mañana o el miércoles. El presidente de la Xunta transmitirá hoy un mensaje televisado por el canal autonómico para tranquilizar a los gallegos.
En Pontevedra, donde ya queda poco por arder, sólo había a última hora cuatro incendios activos. Más complicada era la situación en A Coruña, donde aún había 31 incendios fuera de control del total de 73 que se registraron en la jornada. Las llamas volvieron a cebarse en la Costa da Morte, en los municipios de Cée, Vimianzo y Dumbría. Otro de los focos más peligrosos estaba en la provincia de Ourense, en Avión, donde brigadas y medios aéreos lucharon durante horas para evitar que el fuego alcanzase algunas casas y un gaseoducto. La Guardia Civil logró detener al presunto autor de ese fuego, un hombre de 67 años. En otra zona de Ourense, la comarca de Verín, ya arrasada por el fuego el verano pasado, se situaban otros dos de los focos más preocupantes.
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