Tercer día de caos en los aeropuertos de Londres
Los nervios comenzaron a quebrarse en los aeropuertos de Londres, donde pasajeros y empleados sufrieron ayer la tercera jornada consecutiva de caos y creciente malestar. En Heathrow, el aeródromo más afectado, las principales aerolíneas alzaron por primera vez la voz contra las autoridades y responsables industriales del aeropuerto, a los que acusaron de incompetencia y falta de recursos para solventar la crisis desatada por la introducción, el pasado jueves, de estrictas medidas de seguridad sin precedentes.
British Airways, principal operador en Heathrow, el aeropuerto más transitado de Europa, responsabilizó a la British Airports Authority (BAA) de la continuidad de las cancelaciones de vuelos y de los interminables retrasos en las operaciones de facturación y revisión de los pasajeros. "Estamos preparados y somos capaces de operar al completo nuestro programa de vuelos regulares en Heathrow. Sin embargo, BAA es incapaz de proveer un proceso robusto de seguridad y un sistema adecuado de facturación de equipajes", criticó Willie Walsh, director ejecutivo de la compañía aérea, en un comunicado difundido por la tarde.
La aerolínea responsabiliza a los operadores de Heathrow de causar "largos retrasos" en las zonas de supervisión de los pasajeros de forma que un gran número de ellos no pueden llegar a tiempo a las puertas de embarque. Muchos vuelos de BAA salieron, una vez más ayer, vacíos o sin el pasaje completo. La aerolínea presumió de contar con suficiente personal para atender a sus clientes, pero, según dijo Walsh, "nos hemos visto forzados a cancelar vuelos y operar otros desde Heathrow sin todos los pasajeros a bordo".
Las demoras continuarán
La BAA reconoció, a su vez, que las demoras continuarán si se mantiene la rígida normativa de seguridad impuesta por el Gobierno de Tony Blair. Por la tarde suspendió un tercio de los vuelos de salida de todas las aerolíneas en un intento por retomar el control de la situación. Las colas son múltiples: en carpas provisionalmente instaladas fuera de las terminales, en la facturación del equipaje, en el control de pasaportes, en la zona de escaneo y en las aproximaciones a las puertas de embarque.
Ryanair, uno de los principales operadores de vuelos a bajo coste, se sumó a las críticas. No vuela desde Heathrow, pero pidió la intervención del Gobierno para que se aumente el personal de seguridad del resto de los aeropuertos.
