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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Agonía morisca

Antonio Elorza

Profesora emérita de la Universidad de la Ciudad de Nueva York y nieta del fundador del diario El Sol, Soledad Carrasco Urgoiti es una mujer menuda, de trato delicioso, que ha consagrado su labor investigadora en las últimas décadas a la literatura de tema morisco. Los tres libros publicados dentro de la colección Alborán, de Ediciones Bellaterra, permiten reconocer el valor de una aportación, hasta ahora dispersa.

Los rasgos externos del pe

Vidas fronterizas en las letras españolas

María Soledad Carrasco Urgoiti

Bellaterra. Barcelona, 2005.

251 páginas. 15 euros.

Estudios sobre la novela breve de tema morisco

María Soledad Carrasco Urgoiti

Bellaterra. Barcelona, 2006.

200 páginas. 15 euros.

Los moriscos y Ginés Pérez de Hita

María Soledad Carrasco Urgoiti

Bellaterra. Barcelona, 2006.

239 págs. 15 euros.

riodo agónico de la historia morisca, entre la conquista de Granada y la expulsión de 1609, ofrecen la imagen de un enfrentamiento recurrente entre la asimilación forzosa propuesta desde el poder real y el eclesiástico, de un lado, y la resistencia, salpicada de levantamientos, en la vertiente opuesta. La guerra de las Alpujarras y la expulsión fueron los dos momentos culminantes de una trayectoria que conocemos bien a partir de los estudios de Domínguez Ortiz, Bernard Vincent, Cardaillac y Epalza, entre otros. Paralelamente, sin embargo, la literatura nos presenta un panorama más complejo que arranca de las relaciones de frontera en el siglo XV y que muestra un notable esfuerzo de comprensión, y podría decirse que de salvamento del otro, cuyo punto de llegada es el tratamiento del tema por Cervantes, pero que tiene tras de sí una tradición literaria cuyos principales hitos son el relato del Abencerraje, los dos libros sobre las guerras civiles de Granada, antes y después de la conquista, de Pérez de Hita, y la historia de Ozmin y Daraja, enquistada en el Guzmán de Alfarache. Al tiempo que la política antimorisca se endurece ante la aparición de la amenaza turca, nos explica Soledad Carrasco, estas obras se esfuerzan por transmitir una imagen positiva del moro, presentándolo, por lo menos en sus elites, como una figura claramente diferenciada, pero perfectamente ajustable al orden nobiliario cristiano. El amor, tanto en el Abencerraje como en Ozmin y Daraja, sirve de puente para describir un happy end armónico, ajustado a las incumplidas capitulaciones de 1492.

En su fascinante recorrido

por los escritos de Pérez de Hita, Soledad Carrasco deshace el espejismo. Si en su historia idealizada del enfrentamiento entre abencerrajes y zegríes en el ocaso de la independencia de Granada Pérez de Hita inventa una tradición para justificar la integración de los caballeros moros convertidos, la segunda guerra, en la que participa personalmente, la de las Alpujarras, con las descripciones realistas de actos de violencia y de luchas feroces, a pesar de la admiración que siente ante los ejemplos de hidalguía mora, refleja el fracaso de la buscada convivencia. Todo ello en una composición trenzada que permite a María Soledad Carrasco Urgoiti destacar temas y personajes significativos, así como contrastar una y otra vez el enlace entre el relato histórico y la ficción.

Vista de las Alpujarras, escenario de una rebelión morisca.
Vista de las Alpujarras, escenario de una rebelión morisca.GORKA LEJARCEGI

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