Guipúzcoa adjudica el tramo más caro del cinturón donostiarra por 164,9 millones

La Diputación de Guipúzcoa adjudicó ayer a través de su agencia de infraestructuras (Bidegi) la construcción del tramo más caro y largo del nuevo cinturón donostiarra a la unión formada por las empresas Altuna y Uría, Galdiano, Moyúa y Amenábar. Las cuatro constructoras, firmantes de la única oferta presentada exclusicamene por firmas guipuzcoanas, se comprometen a realizar los 8,4 kilómetros de esta primera fase de la mayor obra de la provincia, que unirá Astigarraga y Rentería, por 164,9 millones de euros (un 15% menos del precio de licitación) y en un plazo de 34 meses (dos menos que los planteados por Bidegi). Las obras comenzarán el próximo mes de octubre.

El segundo cinturón de San Sebastián sumará un total de 16,7 kilómetros entre Lasarte-Oria y Rentería. El nuevo vial bordeará por el sur la capital guipuzcoana y quedará integrado en la autopista A-8 (Bilbao-Behobia), de manera que será de peaje. Esta infraestructura resulta fundamental para descongestionar el tráfico que actualmente atraviesa la variante donostiarra, que en algunos puntos llega a superar los 100.000 vehículos diarios.

La Diputación anunció el pasado mes de mayo que el presupuesto para construir el segundo cinturón donostiarra ascendía en conjunto a 317 millones de euros, un 44% más de lo inicialmente previsto en 2004, cuando aprobó el proyecto de trazado. La institución foral restó importancia a esta elevada desviación del coste y la achacó a diferencias técnicas con el diseño inicial. Eso sí, el diputado general, Joxe Joan González de Txabarri, reconoció que es la inversión pública más importante de la provincia.

La construcción del nuevo vial de pago se realizará en dos fases. La primera, entre Astigarraga y Rentería, de tres carriles por sentido y 8,4 kilómetros de longitud, es la que se adjudicó ayer. Bidegi, la sociedad foral que gestiona las autopistas provinciales, sacó este tramo a licitación por 195,2 millones de euros (23,2 millones por kilómetro de carretera) y un plazo de ejecución de 36 meses.

El concurso concitó el interés de 27 constructoras agrupadas en nueve uniones temporales de empresas (UTE). La oferta más barata la presentó FCC-Brues, que estaba dispuesta a hacer las obras en 33 meses y por 147,8 millones, un 24,3% menos del presupuesto inicial.

La tercera más cara

Al seleccionar la mejor oferta, el precio puntúa un máximo de 40 puntos. El resto hasta un total posible de 100 se adjudican sobre criterios como el estudio de la obra, la experiencia de la UTE, los medios humanos y materiales de que dispone, el plazo de los trabajos y la protección al medio ambiente.

Tras analizar las nueve ofertas, la mesa de contratación -presidida por el director de Bidegi, Néstor Arana, e integrada por técnicos de la Diputación y la agencia foral- propuso ayer la adjudicación de los trabajos a las cuatro compañías guipuzcoanas. El consejo de administración de Bidegi -integrado por tres representantes del PNV y otros tantos de EA y del PSE- aceptó la propuesta por unanimidad.

La UTE ganadora se compromete a construir la primera fase del nuevo cinturón, que incluirá un viaducto y tres túneles, en 34 meses y por 164,9 millones (19,6 por kilómetro), un 15% por debajo del precio de licitación. Con todo, es la tercera oferta más cara y supera en algo más de 17 millones a la más barata. "El precio no lo es todo en la valoración. Si se tira demasiado resulta irreal", argumentó Arana.

Bidegi sacará a concurso los ocho kilómetros de la segunda fase, que tendrá dos carriles por sentido y discurrirá entre Astigarraga y Lasarte-Oria, en noviembre con un presupuesto de 118 millones y un plazo de ejecución de 24 meses. El segundo cinturón, que conectará con la N-I en Lasarte y con la autovía del Urumea en Astigarraga, entrará pues en servicio en el último trimestre de 2009.