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Reportaje:

Maletas perdidas, vacaciones rotas

Más de 15.000 usuarios han presentado quejas a Iberia por la pérdida de vuelos, billetes, equipajes y conexiones

Han pasado nueve días y la huelga del personal de tierra de Iberia en el aeropuerto de El Prat de Barcelona continúa acarreando problemas a miles de personas. A más de 15.000, si se tienen en cuenta las reclamaciones que las asociaciones de consumidores y sobre todo Iberia han recibido hasta la fecha, según el Departamento de Consumo de la Generalitat de Cataluña.

Maletas perdidas, viajeros sin destino, ilusiones rotas y dinero evaporado. Éstos son los principales motivos de la irritación soberana de quienes hace más de una semana quedaron atrapados en el aeropuerto.

El viernes 28 de julio, Raquel Villagrasa y tres amigos más esperaban ansiosos la salida de un vuelo que les llevaría a Roma. No disfrutaron de sus vacaciones y sus maletas aún siguen en paradero desconocido. Además, perdieron el dinero del hotel donde se tenían que alojar, que habían pagado por anticipado. Raquel y sus amigos, como otras miles de personas, consiguieron facturar 30 horas después de lo previsto, con la promesa de que un vuelo nocturno les permitiría pasar la noche del sábado en la capital italiana. El avión nunca despegó y sus maletas no se sabe adónde fueron a parar.

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La historia de su peregrinaje para reclamar el equipaje coincide con muchas otras: "Llamo al número de teléfono de atención al cliente de Iberia y, tras horas de espera, la teleoperadora me repite que tienen constancia de que las maletas existen, pero que no saben dónde están". "Me aseguraron que a través de una web obtendría información, pero ¡es una farsa!", exclama indignada.

Marisa y su marido habían programado un viaje por Alemania. Salían de Bilbao el sábado por la mañana con destino a Múnich y tenían que hacer escala en Madrid. Pero el piloto que debía llevarles estaba en Barcelona. Hasta que se enteraron de esto pasaron más de cuatro horas. "Perdimos un viaje de 11 días y nos tuvimos que quedar en casa", explica Marisa. La agencia de viajes les propuso otras opciones, pero en otras fechas. Un desastre. Lamenta: "Eran los únicos días en que coincidían las vacaciones de mi marido y las mías". Gracias a la agencia, lograron recuperar la cantidad íntegra del viaje (unos 3.000 euros), pero la pareja ha presentado diversas quejas a la Unión de Consumidores del País Vasco y al Ministerio de Fomento por daños morales. Marisa justifica sus quejas: "Está bien que me devuelvan el dinero, pero me he quedado sin las vacaciones con las que soñé durante meses".

Fueron víctimas del efecto dominó. Hubo pilotos que tuvieron que pasar la noche del viernes en Barcelona porque los aviones estaban paralizados en las pistas. La onda expansiva traspasó la frontera e hizo que el viernes y el sábado se cancelara la línea regular de Iberia que enlaza Dublín con Madrid. Más de 100.000 personas tenían previsto viajar el sábado 29 de julio desde el aeropuerto de El Prat. Algunas pudieron hacerlo; otras se encontraron con sus plazas ocupadas por los damnificados del día anterior.

Hasta el viernes por la noche no comenzaron a despegar del aeropuerto de Barcelona los primeros aviones. El sábado, el tránsito aéreo todavía no se había normalizado.

Ese día, Juan Fernández tenía previsto viajar con un vuelo de Iberia que hacía escala en Madrid hasta Montevideo (Uruguay), donde reside. Pero no llegó hasta 24 horas más tarde. "Llegué al aeropuerto cuatro horas antes de que saliese mi vuelo y al ir a facturar me dijeron que el avión ya estaba lleno. Seguramente en él viajaron todos los que se habían quedado en tierra el día anterior", explica. El vuelo Barcelona-Madrid-Montevideo se convirtió en un Barcelona-Madrid-Buenos Aires, con Iberia, y un Buenos Aires-Montevideo con otra compañía. Además de llegar con un día de retraso, llevaba tres maletas y no tiene ninguna. Como el último trayecto no lo hizo con Iberia, esta compañía no se hace cargo de la pérdida. ¿Dónde están las maletas? Nadie lo sabe y a Iberia no le importa. Ya no son su problema.

Fernández explica: "De la pérdida del equipaje sólo me puedo quejar a American Airlines, con la que hice el último tramo, pero lo he hecho en buen tono. A Iberia me quejo del malestar que me provocaron las horas de espera, que es lo que más me preocupa". La compañía española todavía no le ha contestado, y él añade con sarcasmo: "El milagro es cuando viajas con Iberia y no te pierden las maletas".

Que Iberia no le haya respondido es más que normal. Dispone de 21 días (hasta ese plazo no se considera la maleta perdida). Pero es que estos días había en el aeropuerto damnificados, no ya de la huelga de tierra, sino de la de pilotos del pasado 10 de julio. Una de las víctimas, que prefiere el anonimato, explica que al tener noticia de la huelga anuló el billete a través de mensaje electrónico. Iberia no le devuelve el dinero y sostiene que no ha recibido mensaje alguno. El hombre tiene copia de todos los mensajes, porque después ha enviado más. Iberia dice que los ha perdido todos.

Pero la pérdida de una maleta es poca cosa. Víctor Martín esperaba anteayer a su madre, procedente de Buenos Aires. No llegó y la compañía tampoco supo decirle si había subido al avión o si viajaba en otro.

Uno de los mostradores del aeropuerto de Barcelona el pasado 28 de julio.
Uno de los mostradores del aeropuerto de Barcelona el pasado 28 de julio.CARMEN SECANELLA

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