91 instrumentos contra la guerra
La Orquesta West-Eastern Divan, el proyecto de Barenboim que une a músicos árabes y palestinos, sonará en Sevilla
"No está nada mal, mucho mejor que la guerra". El director de orquesta israelí Daniel Barenboim acabó ayer así un ensayo con los 91 jóvenes que forman la Orquesta West-Eastern Divan, un proyecto humanista que persigue una solución no armada al conflicto entre israelíes y palestinos. Los 91 músicos que integran esta peculiar orquesta tienen entre 16 y 29 años y proceden de Israel (42), varios países árabes (27) y España (22).
Hace una semana se instalaron en la residencia Lantana de Pilas (Sevilla) -como cada verano desde 2002- e iniciaron los ensayos para la gira de conciertos que comenzará el próximo martes, día 8, en la Plaza de Toros de la Maestranza de Sevilla y que les llevará por los mejores escenarios europeos hasta el primero de septiembre. La gira finalizará en un espacio tan emblemático como el Teatro alla Scala de Milán.
"No se sí me sentiré como torero o como toro en la plaza de la Maestranza"
"Estamos convencidos de que este conflicto no puede tener una solución militar"
El objetivo de este encuentro de música, sentimientos e ideas, promovido por la Fundación Barenboim-Said con la colaboración de la Junta de Andalucía y otras instituciones que se han sumado al proyecto, no se limita a los resultados musicales y persigue otros fines más "humanistas", en palabras del músico israelí de ascendencia argentina.
"Este proyecto no es un proyecto político, pero hay dos principios que aceptamos todos los que estamos aquí. El primero es que estamos tercamente e inflexiblemente convencidos de que este conflicto no puede tener una solución militar. El segundo es que existe un pedazo de tierra a la que tienen derecho dos pueblos, no uno, y por ello los destinos del pueblo palestino e israelí están inexorablemente unidos", afirmó el director. "Por eso estamos en muy mal camino haciendo la guerra", añadió Barenboim, para quien el hecho de que pueda celebrarse el taller es un "milagro" dada la situación actual en la zona.
La Orquesta West-Eastern Divan interpretará el próximo martes la Sinfonía número 9 de Beethoven junto al Orfeón Donostiarra, dirigido por José Antonio Sainz, y a los cantantes Camilla Nylund (soprano), Waltraud Meier (contralto), Burkhard Fritz (tenor) y Christof Fischesser (bajo).
"Hemos escogido esta obra porque antes habíamos interpretado las sinfonías número 3, 5 y 7 y estamos haciendo un estudio profundo del compositor. La elección no tiene nada que ver con el texto de la obra que ha sido usado y abusado por tantos regímenes, como por ejemplo el alemán en la época nazi. Habla de que todos los hombres van a ser hermanos, pero el mensaje de la novena sinfonía no está limpio de asociaciones negativas", aclaró el músico. Sin embargo, en España el público no podrá evitar recordar El himno de la alegría que tantas veces ha entonado Miguel Ríos.
"Me han comentado que en la plaza de la Maestranza no ha tocado nunca ninguna orquesta clásica; así que cuando esté allí no se sí me sentiré como torero o como toro, eso dependerá del público", añadió Barenboim, para después recordar que cuando ha dirigido en otros cosos, como el de Marbella (Málaga), le han puesto el camerino en la enfermería. "¿Será porque no me tienen mucha confianza?", bromeó.
Pero quienes sí le tienen "mucha confianza" son los jóvenes que cada año acuden a su cita con el maestro, uno de los mejores directores del panorama internacional, y hacen de cada ensayo una clase en la que siempre aprenden una buena lección para el futuro.
Meirav Kadichechski, que tiene 28 años es israelí y toca el oboe, ha participado en el proyecto desde el principio y ahora forma parte de su vida. "Cada año volvemos a estar todos juntos y pasamos mucho tiempo discutiendo, pero también saliendo a bailar; tocando música clásica y también otras que vienen de oriente. Hemos establecidos muchas relaciones de colegas y algunos son íntimos amigos. Somos como una familia", dice satisfecha Meirav.
Para Pablo Martos, violinista granadino que acude a la Orquesta del Diván por tercer año, se trata de una experiencia "increíble". "La convivencia aquí entre árabes e israelíes es excelente, los españoles a veces hacemos preguntas, les provocamos para que nos expliquen. Lo que tienen en común es que todos se sienten avergonzados de la violencia que existe", asegura Pablo.
A Ramzi Abduredwan, palestino que toca la viola y acude al taller por primera vez, este encuentro le parece algo irrepetible en el mundo real. "La tolerancia es algo que no veo ni entre los palestinos, ni entre los israelíes. Creo que cada vez nos estamos alejando más de nuestro objetivo que es conseguir convivir en paz", lamenta Ramzi.
Para Mariam Said, la viuda del intelectual palestino que puso en marcha este sueño junto a Barenboim, el encuentro de este año se ha convertido en un reto que afortunadamente se ha superado. "Es muy duro para muchos de los que están aquí tocar este año, pero lo hacen", afirmó.
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