La calle desconocida de La Alhambra
El monumento granadino abre al público durante un mes el Camino de Ronda, habitualmente cerrado a las visitas
Hay granadinos que se mueven por La Alhambra casi con la misma soltura que por el pasillo de su casa. Conocen todos los atajos para ir de unas partes a otras del monumento, desde dónde se contemplan las mejores vistas o qué rincones son los más resguardados del calor. Pero hay espacios que hasta para los más asiduos son, casi con toda probabilidad, totalmente desconocidos, lugares cerrados a las miles de 7.000 personas que entran cada día en La Alhambra. Uno de ellos es el Camino de Ronda de la Alcazaba, que, de forma excepcional, permanecerá abierto al público los martes, miércoles y jueves del mes de agosto.
Este camino sinuoso y amurallado está considerado uno de los espacios más antiguos del monumento. Recorre todo el perímetro alrededor de La Alcazaba, el núcleo primigenio de La Alhambra y su función no era sólo defensiva, sino que se consideraba también parte de la estructura urbana de la ciudad y ejercía de "distribuidor" de las visitas, según explica Francisco Olmedo, jefe de Visita Pública del monumento.
Este camino sinuoso es uno de los espacios más antiguos del monumento
Ayer por la mañana, los turistas que se paseaban por él no eran sólo privilegiados por poder transitar por este espacio habitualmente cerrado, sino porque, frente a las aglomeraciones que se vivían en otras zonas del monumento, el Camino de Ronda permanecía solitario. "Habrán entrado como mucho 15 personas hoy", comentaba uno de los vigilantes de seguridad que ayer controlaba el acceso a La Alcazaba.
Los visitantes reciben información sobre la apertura excepcional de este camino a la entrada del monumento, pero la mayoría pasa de largo casi sin darse cuenta, a pesar de que su acceso está perfectamente indicado. La entrada al camino coincide justo a los pies de la Torre de la Vela y la mayoría de los visitantes se van directos a las escaleras para subir al mirador y ni se percatan del camino. "Algunos se asoman y luego se dan la vuelta", cuenta el vigilante.
Y eso que al privilegio de poder hacer una visita habitualmente prohibida, se suma por la mañana que la mayor parte del camino discurre a la sombra, lo que hace más que agradable el paseo. Al principio del camino se sitúa la Torre de las Armas, construida en el siglo XIII y por la que, en la Edad Media, se accedía al recinto y se comunicaba la fortaleza con la ciudad. Allí, a la entrada, debían dejar los hombres las armas, una norma que le dio nombre a esta parte del monumento. Desde esta puerta se accedía al Camino de Ronda, que servía de foso y desde donde los guardias hacían sus rondas y vigilaban el recinto. Además, este camino era una calle más de Granada por la que, una vez superada la Puerta de las Armas, se entraban en el recinto de La Alhambra.
Según los responsables del patronato, habitualmente está cerrada al público por "criterios lógicos de conservación", pero, sobre todo, por "seguridad". Los muros no son excesivamente altos, el camino es empinado (aunque bien conservado) y abajo lo que hay es un precipicio, explica el jefe de Visita Pública del monumento.
La construcción de esta calle en recodo permitía satisfacer las necesidades defensivas a la vez que mantener la intimidad del recinto. Desde dentro se controlaba absolutamente todo, pero desde fuera era imposible averiguar quiénes estaban y qué se hacía en el interior.
Si la ubicación de toda La Alhambra, elevada sobre la colina de la Sabika, se consideraba una garantía defensiva y de control del territorio que garantizaba la seguridad de los que estaban dentro, la Alcazaba, el espacio más antiguo del recinto, es uno de los puntos estratégicos, si no el que más, de este absoluto dominio. Aunque hay referencias desde el siglo IX de la existencia del llamado castillo Rojo, la Alcazaba que hoy vemos es obra de Muhammad I, fundador de la Dinastía Nazarí en el siglo XIII.
La apertura al público de forma excepcional forma parte de una iniciativa llamada El espacio del mes, puesta en marcha por el Patronato de La Alhambra en el año 2000. Con ella, cada mes del año se abre al público un lugar que habitualmente está vetado a los itinerarios públicos. En la mayoría de los casos, el cierre habitual responde a criterios de conservación, por lo que, cuando se abren, sólo se permite el acceso simultáneo de un máximo de 25 personas.
En junio fue la Casa de los amigos y en julio, la Torre de las Infantas, construida hacia 1393, bajo el sultanato de Muhammad VII. En septiembre, los responsables prevén abrir la llamada Torre de los Picos. El Espacio del mes de agosto no presenta la riqueza ornamental que exhiben otros lugares de La Alhambra, pero bien compensa una visita.
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