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Reportaje:

Mientras usted no estaba

Relato de las noticias de julio para los que vuelven hoy de vacaciones

Patricia Gosálvez

La pista es el charco bajo su nevera. Si ha vuelto hoy de vacaciones y lo tiene, es usted uno de los 200.000 afectados directos de LA noticia de julio en Madrid. Hubo un apagón, querido Watson. Fue el domingo 16, y Madrid hizo eso que le gusta tanto hacer, se convirtió en un pueblo grande. La gente asomada a los balcones en salto de cama, comentando el asunto con los de las aceras, en pijama, todos muertos de calor sin aire acondicionado. La luz se fue hacia las diez y media. Hubo a quien le pilló en el cine viendo Superman, justo cuando Lex Luthor funde los plomos de Metrópolis. Al principio creyeron que era un efecto de Hollywood. Pero fue cosa de Iberdrola. Un incendio en la subestación eléctrica de la calle del Buen Suceso afectó a Moncloa, Chamberí, Argüelles y Centro. Ni farolas, ni luminosos, ni semáforos durante hora y media, con coletazos que duraron más de 24. Al día siguiente las pilas para linternas se acabaron en Argüelles, donde una vecina vaticinaba el futuro: "Indemnizarán lo que quieran, pero ¿y qué hago con el redondo de ternera?".

La ciudad se puso en alerta, el cielo se tiñó de ocre, los coches parecían los del París-Dakar
Un hombre fue pateado en la cara en una piscina municipal por darle un beso a otro

Sin faltarle a la señora, peor fue lo del Clínico, donde se suspendieron 30 operaciones y 250 pruebas diagnósticas. La Comunidad anunció que multaría a Iberdrola hasta con tres millones de euros por no restablecer el servicio "mucho antes", y en la compañía, a día 29 de julio, casi 3.000 usuarios habían presentado sus reclamaciones. Tienen en la puerta del (Buen) Suceso una oficina móvil que seguirá ahí para que los que han estado de vacaciones justifiquen su redondo de ternera pocho.

Hace años los apagones ocurrían cuando todo el mundo encendía la tele al mismo tiempo. No es guasa, lo contó en este periódico Guillermo Luna, profesor universitario. El fenómeno tenía hasta nombre palíndromo: "La cresta de Falcon Crest". Ahora la cresta es culpa del aire acondicionado. Ha hecho falta, hubo días de julio que no se podía estar en la calle. Al calor se unió la contaminación. Ecologistas en Acción denunció el día 6 que Madrid tiene las partículas en suspensión fatal, donde más, en la plaza de Luca de Tena, en Delicias, cerca de las obras de la M-30. El 11 ya habíamos superado la tasa de contaminación de la UE para todo el año. Para empeorar las cosas, ese mismo día llegó de África una nube de polvo del Sáhara. La ciudad se puso en alerta, se recomendó no salir a hacer deporte, el cielo se tiñó de ocre y los coches parecían los del París-Dakar.

Tras el apuñalamiento de la ucrania Victoriya Nvosu el 23 de junio, la plaza de Soledad Torres Acosta, "la de los cines Luna", ha traído cola. A primeros de mes el concejal de Seguridad, Pedro Calvo, se ponía "políticamente incorrecto" (y presumía de ello) anunciando que iba a mandar un informe al Congreso para cambiar la ley y permitir que la policía traslade a mendigos, prostitutas y toxicómanos a los albergues, incluso contra su voluntad. La oposición dijo que sería "éticamente reprobable", los vecinos se desmarcaron con un "no queremos cruzadas contra los mendigos" y los juristas apuntaron que igual la idea era anticonstitucional. Una ONG se plantó en la plaza de la Villa con un ejemplar de la Ley de Vagos y Maleantes de 1933 y una simbólica escoba.

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Aunque en Luna ahora hay guardias y los vecinos quieren hacer una playa, la violencia en el centro ha seguido dando noticias de muerte: un masajista chino apuñalado en la plaza Mayor, un español de 20 años víctima de un atraco en Neptuno, otro de 26 acuchillado por defender a una chica en una reyerta en Barceló.

La policía sí detuvo a una banda que clonaba tarjetas de crédito desde Fuenlabrada y Getafe, cuando ya habían robado tres millones de euros en un año, y llegó a tiempo de pillar in fraganti a dos butroneros en la sede del PP en San Bernardo. Como en las novelas de misterio donde el asesino es el mayordomo, también descubrieron que los robos de un inmueble de la calle de Velázquez eran obra del portero de la finca, que tenía llave y desvalijaba los pisos que cobraba por vigilar.

La tragedia en julio se subió al andamio. Un mes negro, con 10 muertos en la obra. En lo que va de año, 97 obreros fallecidos en la región. El día 6, Julián Alberto Pérez Cárdenas, colombiano de 30 años, se estrenaba como peón en Loeches, sin papeles pero con la ilusión de un empleo estable. Cuatro horas después le cayó el techo encima. Comisiones Obreras mantiene que su jefe, que lo había contratado en un bar, no sabía sus apellidos cuando fue interrogado por la policía. El suyo es sólo un caso. EL PAÍS acompañó el día 23 a un técnico sindical a 10 obras, elegidas al azar. Todas incumplían las normas de seguridad.

Mientras, Dulcinea, la tuneladora más grande de Gallardón, dejó de trepanar por fin la M-30. Pero habrá que tener paciencia, porque el día 4 el pleno aprobó la candidatura de Madrid 2016, y eso significa posible antorcha olímpica y más obras, seguro. Por cierto, que el lince que cagó en la M-501, que luego resultó ser gato, al final es un poco de ambos felinos. Da igual, la nueva carretera de Aguirre seguirá en marcha.

Quienes se quedaron también lo pasaron bien. Vinieron Bob Dylan y The Who. El Canto del Loco llenó Las Ventas tres días. Y a pesar de las colas, la T-4 quedó finalista a los premios Agbar.

El mes arrancó con la Gran Vía en la CNN como hito mundial del Orgullo Gay y acabó con Gallardón jugándosela por casar a dos homosexuales de su partido. Pero a la bandera del arco iris le salió un crespón negro: un hombre fue pateado en la cara en una piscina de La Elipa por darse un beso con otro hombre.

El mismo día que se daba cuenta del ataque, el padrón anunció que somos 3.205.334 y estamos envejeciendo. El madrileño medio tiene 42 años, cinco más que en 1986 y uno de cada siete vecinos es inmigrante. Las noticias publicadas en el mes escupen una taxonomía de cifras: el 29% de los escolares madrileños sufren sobrepeso; hay 50.000 parejas mixtas de españoles e inmigrantes y 3.500 ciclistas en la ciudad; la plaza Mayor se cede para algún tipo de espectáculo un día de cada dos; en Extranjería de Carabanchel 2.000 inmigrantes hacen cola durante más de cuatro horas al día. Los números son importantes: la Comunidad publicó, justo el día 4, un Manual de acogida del turista chino que recomienda no ofrecerles habitaciones en la cuarta planta o acabadas en 4, ya que lo relacionan con la muerte.

Resumiendo. Que ha hecho un calor africano, con polvo del desierto incluido. Los atascos, las obras, el sofoco del metro, igual que siempre. Y es mentira eso de que en verano Madrid se vacía. Y cada día estamos más mayores y más gordos. Y por mucha fiesta orgullosa sigue habiendo homofobia, crímenes tremendos y yonquis en las puertas de los teatros. Y el tajo sigue siendo un sitio donde uno va a trabajar y puede ser la última vez. Ah, y un par de días, qué desastre, se fue la luz y nos quedamos más a oscuras todavía. Bienvenidos a casa.

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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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