Casi 1.500 canes fueron abandonados el pasado verano
Rocky tiene dos años y le da miedo bajar a la calle. Hace casi un año, en agosto, la familia que le vio crecer lo abandonó en la sierra, un paisaje para él inhóspito, extraño, desconocido. Estuvo vagando día y noche buscando a sus amos. En balde. Hasta que una mañana se acercó a él una mujer de rasgos dulces y voz cálida y lo arropó en sus brazos.
Josefa Bueno no sabe si Rocky relataría de ese modo la historia de su abandono, ocurrido ahora hace un año, y posterior encuentro. Pero lo que sí sabe es que su mascota sigue traumatizada. "¿Quién puede abandonar a un animal de compañía?", se pregunta.
En los meses de junio, julio y agosto de 2005, los madrileños abandonaron 1.456 perros y unos 60 gatos. Son datos de la Dirección General de Agricultura -dependiente de la Consejería de Economía- basados en el número de animales acogidos en los albergues de protección animal. "En realidad, se dejó a su suerte en calles y cunetas a muchos más felinos", afirma Luis Sánchez, director general de Agricultura, "pero es más difícil saber si un felino ha sido abandonado: son más independientes, y por tanto, más autónomos", concluye.
Pero Matilde Cubillo, presidenta del Centro Integral de Acogida de Animales de la Comunidad de Madrid (Ciaam) sabe de buena tinta que muchos dueños dejan huérfanos a sus felinos. "En este centro viven 100", dice.
Según la ONG Amnistía Animal, el estrés, ansiedad y desesperación que padecen las mascotas cuando su amo se "deshace" de ellas son indescriptibles. "Y si no que se lo pregunten a Rocky", recuerda Josefa Bueno. Cuando salen de paseo, Rocky no se despega de sus faldas. Josefa limpió, bautizó, alimentó, medicó y acarició a Rocky tras encontrarlo en la sierra. Se lo trajo a su piso en la calle de Federico Gutiérrez. Pero Rocky no quería salir a pasear. "Prefería pasar un día entero sin mear, con tal de no salir", recuerda Josefa. "Parece que le da miedo el aire".
La legislación sobre animales domésticos es competencia de las comunidades. La región cuenta, desde 1990, con la Ley de Protección de Animales Domésticos. "Se trata de una normativa obsoleta, que promueve el sacrificio de los animales abandonados. Tampoco contempla qué hacer con las especies exóticas, cada vez más comunes", afirma Nacho Paunero, presidente de El Refugio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.