"Los presos son muy disciplinados y tienen voluntad de aprender"
Muntsa Rius (nacida en Barcelona hace 42 años) nunca se había enfrentado a una experiencia similar: enseñar a cantar a un grupo de presos. Hizo un paréntesis en su trabajo como profesora de canto en la escuela Coco Comín y fichó por El coro de la cárcel, el programa que TVE ha grabado en el centro penitenciario de El Dueso (Santoña, Cantabria). Además de enseñar técnicas de canto desde hace 10 años, Muntsa Rius es actriz. Ha trabajado en Amantes, El perro del hortelano y Máster class, entre otras.
Pregunta. ¿Cómo se embarcó en esta aventura?
Respuesta. Fue a través de un casting. Buscaban profesoras de canto y dieron conmigo. Al principio la propuesta era un poco vaga. No sabía para qué me querían y cuando llegué aquí tampoco sabía lo que me iba a encontrar. Fue una sorpresa.
P. ¿Fue duro el casting?
R. Me preguntaron si podía enseñar a cantar a un grupo de presos en el plazo de dos meses. Yo pregunté si eran aptos para el canto. Para mí es más importante tener condiciones auditivas y ser capaces de reproducir una nota que tener una voz esplendorosa.
P. ¿Había trabajado con alumnos tan especiales?
R. Todos los alumnos son especiales. La gente de mi clase, en la escuela Coco Comín, es muy diversa. Quieren dedicarse al canto, aunque alguien se apunta por hobby. Pero ésta es la primera vez que he convivido con personas que están encerradas. No tenía ni idea de los hábitos y las rutinas de una prisión.
P. ¿Se adaptó bien?
R. No tuve reparos. No los veía como delincuentes, sino como personas que han cometido un error y están pagando por ello.
P. ¿Son disciplinados los presos?
R. Mucho, porque disponíamos de muy poco tiempo. Cada tema lo trabajamos durante tres o cuatro días, a una media de tres o cuatro horas por sesión. Pero tenían una predisposición a aprender muy rápida. Voluntad ponían, y mucha. El sentido de la disciplina y del trabajo duro lo tenían inculcado.
P. ¿Hay algún preso que tenga cualidades como para convertirse en estrella de la canción?
R. Hay dos o tres que tienen condiciones vocales como para dedicarse a la música. De ahí a ser estrellas.... Es cuestión de tener buenos agentes y padrinos.
P. Algunos dicen que es usted muy exigente.
R. Trato de ser muy progresiva en mis exigencias. Aunque el temario no es fácil. Teníamos que hacer un esfuerzo de compenetración máxima. Pero hay un ambiente de buen humor. No lanzo regañinas ni críticas que pudiedan crearles sensación de frustración.
P. ¿Cree que esta experiencia es un buen método de reinserción?
R. En los centros penitenciarios se hacen actividades de todo tipo. Para algunos ésta era una más. Con la particularidad de que se grababa para televisión. En algunos centros penitenciarios existen grupos corales, quizá más escorados a temas religiosos, y en muchos hay talleres de cerámica, panadería... Los presos no sólo pasean y juegan a las cartas.
P. ¿Recibió alguna instrucción de Instituciones Penitenciarias?
R. No. Me dieron carta blanca. Y reconozco que ha sido una experiencia inolvidable e irrepetible. Estoy supercontenta de haber aceptado porque es inusual.
P. ¿Se puede establecer algún paralelismo entre El coro de la cárcel y Operación Triunfo?
R. La única es que hay una persona que enseña a cantar a un grupo de gente. A partir de ahí no tienen nada que ver. A Operación Triunfo acude la gente que quiere dedicarse a la música y se forma en una academia virtual. Y es un concurso. El coro de la cárcel es un documental con pinceladas de realidad. Se conocen las historias de los presos, sus rutinas. Se parece más a Los chicos del coro. De hecho, la productora ideó el programa después de ver esta exitosa película.
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