Buen fin de curso
Como despedida del curso, la información estadística de la semana última nos ha deparado datos muy relevantes. Las cuentas del Estado cerraron junio con un superávit acumulado durante el primer semestre de 2.558 millones. Esta cifra no dice mucho en sí misma, dada su acusada estacionalidad a lo largo del año, pero, como referencia, el saldo en las mismas fechas de 2005 era negativo por 1.194 millones, y dicho año acabó con un superávit de 3.261 millones, un 0,3% del PIB. Los ingresos fiscales del Estado, en términos de contabilidad nacional, han aumentado un 16% (16,6% el IVA y 19,3% los impuestos sobre la renta personal y de sociedades), lo que indica que el gasto, la creación de empleo y, en general, la actividad económica van muy fuertes.
Se han recuperado las exportaciones y mejora la aportación del saldo exterior al crecimiento del PIB
Otros datos de interés fueron los indicadores de actividad del sector de los servicios de mayo, el consumo de cemento y las pernoctaciones en hoteles de junio y los datos de comercio exterior de mayo. Los tres primeros mostraron crecimientos muy elevados, que confirman lo ya adelantado en esta columna respecto al crecimiento de la economía en el segundo trimestre, que no se habrá alejado mucho del 3,5% registrado en el primero. En cuanto al comercio exterior, la exportación y la importación marcaron los niveles más elevados del año, en términos desestacionalizados, con tasas de crecimiento interanual en volumen del 11,2% y 10,1%, respectivamente. Más allá de los datos mensuales, que vienen siendo volátiles, las cifras acumuladas de enero a mayo muestran una fuerte recuperación de las exportaciones, cuyo crecimiento (8,3% en volumen) iguala al de las importaciones (en 2005 se quedó seis puntos por debajo), lo que supone una mejora muy significativa de la aportación del saldo exterior al crecimiento del PIB. No obstante, el déficit comercial crece casi un 20% por el encarecimiento del crudo.
Pero, los datos de mayor interés son los de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre. La creación de empleo mantuvo un ritmo elevado, aunque la tasa de variación interanual, la más utilizada por los analistas, se redujo al 4,2%, desde el 4,9% en el primer trimestre. En realidad esta reducción era previsible, como lo es que se repita este fenómeno en lo que resta del año. Se explica por el proceso de regularización de inmigrantes iniciado en el segundo trimestre de 2005, que hizo que se acelerase espuriamente la creación de empleo hasta finales de ese año, y que ahora provoca el fenómeno inverso. La tasa de variación trimestral anualizada, con datos corregidos de estacionalidad, da un 3,6%, dos décimas más que en el trimestre anterior, lo que indica que el ritmo de creación de empleo no se resiente. Este crecimiento es incluso superior al que viene registrando el PIB, como viene sucediendo en los últimos años, lo que plantea dudas acerca de si éste no está siendo infraestimado (o el empleo de la EPA sobreestimado), pues es difícil de sostener que la productividad aparente por ocupado disminuya durante un tiempo tan prolongado.
En este trimestre, y al contrario de lo sucedido en los dos anteriores, la oferta de trabajo (población activa) desaceleró notablemente su crecimiento intertrimestral (cve), lo que propició que la tasa de paro recobrara su tendencia a la baja. Corregida de estacionalidad, se situó en el 8,6%, casi medio punto porcentual por encima de la media del área del euro, aunque con una diferencia fundamental: allí las tasas de actividad y de ocupación se mantienen casi estancadas mientras que aquí aumentan rápidamente.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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