El auto contra tres policías por abusos a internas alude a contactos con penetración
La juez relata las vejaciones que sufrieron las inmigrantes en el centro de extranjeros de Málaga
Las fiestas con abusos sexuales organizadas por los policías del centro de internamiento de extranjeros de Málaga duraban hasta la madrugada. Según el auto de prisión, las inmigrantes que no acudían a los encuentros eran insultadas y amenazadas. Iban "a beber, cenar y follar", según relato de una de ellas. La juez indica que se produjeron relaciones sexuales con "penetración". A cambio, las chicas recibían perfumes y maquillaje que llevaba el hermano de uno de los agentes. Los encuentros eran conocidos en el módulo de internos, donde una noche aprovecharon para intentar fugarse.
Los testimonios recogidos por la Brigada de Extranjería señalan que el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Málaga albergaba "fiestas" de una a seis de la mañana durante un turno fijo. En uno de los encuentros se produjo un intento de fuga; otras noches acudió el hermano de un agente que no es policía. Quienes no participaban eran insultadas. Las que sí lo hacían recibían trato de favor, según las internas.
Tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía permanecen en prisión preventiva desde el pasado sábado por abusos sexuales. El auto de prisión alude a "tocamientos" y relaciones con "penetración". Otros cuatro están en libertad provisional por decisión del juzgado de instrucción. La Comisaría provincial los puso a disposición judicial tras detectar "actos irregulares".
Seis internas han declarado como testigos protegidos. Cuatro permanecen en el centro. El miércoles salieron en libertad dos. Su testimonio a un abogado fue clave para el inicio de la investigación. El letrado Jaime Rodríguez avisó al centro. La dirección del CIE lo comunicó a la Brigada de Extranjería. Ellos recabaron los primeros testimonios.
"Había internas que bajaban con policías a beber, cenar y follar", indicó una testigo a la policía. Otra aseguró que "llegaron a pensar que le echaban algo en las bebidas". Las seis internas señalan a dos agentes (nombrados en el auto Willy y Cristóbal) como los organizadores. Una no asistió a una de las fiestas "porque a los policías no les apeteció que bajara, ya que ellos son los que eligen", según su declaración policial.
Otra explicó que "aunque no es obligatorio para las asistentes, el fin último de la fiesta era la práctica de relaciones sexuales". Aseguró que Willy se le insinuó, pero ella lo rechazó. Entonces, "la amenaza, la insulta y le grita, siendo Cristóbal quien tercia en la discusión y los separa", indica el atestado policial.
Una de las inmigrantes reconoció haber mantenido relaciones sexuales con un agente en la misma habitación que otro policía, que también estaba con una chica. En otra ocasión subió a su habitación con el mismo policía. Volvió a coincidir con otra pareja "que también mantiene relaciones sexuales, consistiendo éstas en penetraciones vaginales". Durante el encuentro, los dos agentes vestían "el uniforme reglamentario", según declararon a la policía.
Otra testigo narra que el mismo día que ingresó en el centro, el 13 julio, "fue invitada a una de las fiestas" por una compañera. Le explicó que, aparte de comer y beber, había chicas "que follaban con los policías a cambio de regalos". La interna vio en uno de los encuentros que "una chica venezolana" había bebido alcohol y "llegó a quitarse la camisa, quedándose con el pecho al aire, tocándose e insinuándose, pero no haciendo nada más". "Las mujeres bajaban a las fiestas voluntariamente, no se atrevían a negarse y lo veían como un entretenimiento", dijo a los agentes.
Varias internas indicaron que un hermano de Cristóbal, que no es policía, acudía a los encuentros y mantuvo relaciones con una chica ya expulsada. Era quien entregaba los regalos. Tres chicas presentaron botes de colonia, pintalabios y perfiladores de ojos -en los tres casos de la misma marca- como pruebas. Cristóbal señaló en su declaración ante la juez que es de Ceuta, de donde trae objetos que "vende en el centro pero no regala". Otra de las pruebas presentadas son tres fotos que hizo una interna. En ellas aparecen los supuestos organizadores comiendo pizza y con cervezas. A cierta distancia, sale una interna. Uno de ellos tiene la camisa del uniforme abierta. El agente declaró en el juzgado que iba así porque en el centro "hacía mucho calor".
Las cuatro fiestas recogidas en el atestado están fechadas entre el 3 y el 18 de julio. La celebrada el 13 coincide con un intento de fuga en el módulo de los internos, según Extranjería. Los inmigrantes intentaron salir "al pensar que los policías estaban follando con las mujeres", según la declaración policial de una de ellas. Controlado el altercado, "la fiesta continuó".
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