Los rumanos culpan de su alto índice de irregularidad a "la falta de escrúpulos" de algunos empresarios

Asociaciones de inmigrantes rumanos achacaron ayer a la falta de escrúpulos de empresarios españoles, especialmente del sector de la construcción y la hostelería, la existencia de un alto número de extranjeros de esa nacionalidad en situación irregular. Por el contrario, ecuatorianos y marroquíes se congratularon de que el número de clandestinos entre sus filas sea muy inferior.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Rumanos en España, Miguel Fonda Estefanescu, aseguró que la principal razón de irregularidad es la contratación ilegal, la economía sumergida y la "falta de buenas prácticas, escrúpulos y respeto a la legalidad" por parte de empresarios españoles, especialmente en la construcción y la hostelería.

"No hay que creer que este colectivo está en España para delinquir. Todos están trabajando. Ése es el verdadero efecto llamada".

Por ello, criticó la ausencia real de control de la inspección de trabajo e insistió en que es "bastante fácil" hacer contratos irregulares en España y aumentar así los beneficios de los empresarios.

En todo caso, recordó que muy probablemente a partir de enero de 2007, Rumania entrará en la UE y todos los ciudadanos de ese país serán residentes legales en España. También señaló que los rumanos, una vez en territorio Schenguen, no tienen por qué ser controlados en la frontera hispano-francesa, por lo que su control no corresponde al Gobierno español, sino al Ejecutivo húngaro, que es la frontera este por la que acceden a España.

La impresión contraria la muestra el presidente de la Asociación Hispano-Ecuatoriana Rumiñahui, Vladimir Paspuel, quien manifestó su satisfacción porque los datos del padrón revelan que el índice de irregularidad entre los ecuatorianos se sitúa en el 9%, frente al 48% de los rumanos y más del 60% de los bolivianos.

Finalmente, el presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes de España (ATIME), Kamal Rahmouni, señaló que el cruce de los datos del padrón municipal y los extranjeros con permiso de residencia reflejan cómo la llegada de inmigración clandestina no se produce mayoritariamente por pateras o cayucos, sino por las fronteras terrestres y por los aeropuertos.