Janet Springsteen

Se llama Janet Fraser Cook. Para la BBC tiene firmada la realización de algunos conciertos como los de Mariza y Elvis Costello. El lunes, en Canal +, vimos su trabajo en una Seeger session de Bruce Springsteen. La pongo por delante de El Boss porque aquí se trata de hacer crítica de televisión y no de música. Claro que con Springsteen y la tropa de músicos que traía es imposible pifiarla. Mientras se vea y se oiga ya hay bastante. El concierto se vio y oyó estupendamente. Debía grabar en alta definición o casi. Pero Janet Fraser Cook hizo su propio relato del concierto. Por la manera de pinchar las cámaras debe tener algo de pianista. Debía habérselo visto muchas, pero que muchas veces, porque casi siempre sabía adónde tenía que mirar. Habrá algunas otras maneras de filmar el concierto, pero la suya fue de las buenas. Una grandiosa miniatura. Hizo ejercicios como acompasar los cambios de plano con la cadencia musical del instante. Lo contó, en gran parte, con cámaras fijas (¿cuántas?) que daban la sensación de estar metidas en la banda, entre los músicos. No abusó de estas cámaras planeadoras que barren escenario y público pero no sabes qué miran. Fue, por supuesto, un festín musical, pero también televisivo. La gente, y con ella Springsteen, se ha apropiado de un himno baptista y lo ha convertido en un rezo civil, We shall overcome. Janet Fraser rezó con ellos. La televisión no estaba en aquella capilla londinense sólo para retratar lo que sucedía. Estaba para intentar, sin molestar, poner su propia música, y lo consiguió casi todo el rato.

Otras dos gentilezas musicales de la semana: TVE se fue a Benicàssim a ver en directo qué hacía Morrissey -en estos casos, como demostró la BBC, no hace falta poner locución- y, también el lunes, dio en diferido el concierto campestre de una dixieland del Festival de Jazz de Vitoria.

En medio de tanto clip fugaz y facilón, fue como tomarse un respiro.