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Reportaje:Los problemas de los inmigrantes | La reacción de la UE

A la espera de un trabajo en Andorra

El Principado acoge a cinco de los eritreos rescatados en la costa de Malta

Cinco de los eritreos rescatados por el pesquero español Francisco y Catalina ante las costas de Malta se han convertido desde el pasado fin de semana en los primeros inmigrantes indocumentados que acoge el Principado de Andorra. Los eritreos, de entre 17 y 34 años, tuvieron que pedir un mapa de Europa a las autoridades para saber en qué parte del mundo se encontraban. Lo primero que pidieron, el pasado domingo, fue ir a misa. Todos ellos son cristianos practicantes y tras su odisea querían ir a la misa dominical. Su segunda petición fue la de conseguir un trabajo. Pero para lograrlo deberán esperar al menos tres meses, ya que el permiso de acogida por motivos humanitarios que se les ha concedido no les permite trabajar.

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Algunos de ellos contaban ayer que habían caminado más de 3.000 kilómetros por África hasta llegar a la costa de Libia. Aún se sienten extraños en Escaldes, "una localidad con una febril actividad comercial rodeada de altas montañas", según la define Daniel, que pregunta por la suerte que han corrido sus otros compañeros de travesía, algunos de los cuales han sido acogidos en Italia.

Daniel Tsegezeab, estudiante universitario de 27 años, se ha convertido en el intérprete del grupo. Habla un inglés aceptable y relata que el momento más crítico no fue durante el rescate en el mar o los días pasados en el pesquero alicantino. "Pasé más miedo cuando pensé que la policía nos arrestaba al llegar a aeropuerto de Barcelona, donde nos esperaba un furgón policial. Horas después, al ver el autocar de Cruz Roja que nos recogía en la frontera para trasladarnos a Andorra logramos tranquilizarnos", recuerda.

Junto a Daniel, han sido acogidos en Andorra Habtom Hailu, estudiante de 17 años; Hagos Gebrihiwet, chófer de 34; Aman Negasi, camionero de 22; y Tesfay Teszamichael, un soldado de 29. Todos ellos son de ciudades próximas a la capital de Eritrea, Asmara. Abandonaron su país y, tras atravesar Sudán, llegaron a Libia, donde pagaron entre 1.000 y 1.100 euros por un billete en patera rumbo a Europa.

Respecto a sus posibilidades laborales, Víctor Filloy, coordinador de Cooperación para el Desarrollo de Ministerio de Exteriores andorrano, explicó ayer que una vez finalizado el permiso de acogida, dentro de tres meses, se ofrecerá a los inmigrantes la posibilidad de elegir entre regresar a su país de origen, tramitar su traslado a otro país de Europa donde tengan familia u obtener un permiso para trabajar en Andorra.

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La autoridades andorranas y la Cruz Roja les han proporcionado ropa, material de aseo, un reloj de pulsera y un piso en el centro de Escaldes. Los refugiados recibirán clases de catalán (idioma oficial del Principado) y formación para facilitar su inserción en el mundo laboral. A pesar de su accidentado viaje, todos ellos se encuentran en perfectas condiciones físicas, según el Hospital de Meritxell, donde han sido sometidos a una completa revisión médica.

Los acogidos esperan poder hablar telefónicamente con sus familiares y mandar correos electrónicos para hacerles saber que están bien. El Gobierno andorrano aceptó hacerse cargo de cinco de los 51 tripulantes de la patera rescatada cerca de Malta tras el llamamiento del Gobierno español para solucionar la crisis humanitaria en la que se encontraban los inmigrantes.

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