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EL INCIDENTE ENTRE EL PRESIDENTE Y EL ACUSADO

"¿Me vas a decir tú cuándo me puedo levantar y cuándo no?"

El etarra Javier García Gaztelu provocó ayer un altercado en el juicio por el asesinato del abogado y dirigente socialista Fernando Múgica, del que está acusado de ser autor material. El presidente del tribunal, Alfonso Guevara, a instancias del fiscal jefe, Javier Zaragoza, reclamó al acusado que se levantase del banquillo para que una testigo del crimen comprobase su altura, ya que tras el asesinato el terrorista había chocado con ella. Pero Txapote se negó a levantarse y el presidente del tribunal ordenó a la policía que le pusieran de pie. El etarra se resistió tímidamente y dos policías lo levantaron. La testigo no le reconoció y luego ocurrió lo siguiente:

Presidente del Tribunal. Si lo desea el acusado, puede volver a sentarse.

Txapote. No me da la gana ahora.

PT. [Dirigiéndose a los policías que están en la pecera] ¡Siéntenle!

T. ¿Qué pasa?, ¿vamos a estar con las tonterías de siéntese una y otra vez?

PT. ¡Manténganle esposado al asiento!

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Pese a los intentos de Txapote de incorporarse, los policías le obligan a sentarse en dos ocasiones y lo esposan a la espalda.

Alfonso Zenón (abogado defensor de Txapote) Señoría, quisiera expresar mi protesta...

T. A la silla, que me esposen a la silla, también, y los pies también, y la boca. ¿Qué, así nos queréis?

A. Z. Que se tenga que decir que se siente y que se levante, me parece que no ha lugar.

T. ¿Qué es lo que queréis, circo? Todo vale para el circo.

PT. [Dirigiéndose al defensor de Txapote] Yo le he dicho que se sentara y él me ha dicho que no le da la gana, ante esa actitud, sí le ordeno sentarse.

T. [Dirigiéndose al presidente] Para monigote de circo tú, yo no.

A. Z. Que conste la protesta, porque si el acusado...

PT. [Interrumpiendo al abogado defensor] No consta ninguna protesta.

A. Z. Pues que conste la protesta porque no se deja hacer constar la protesta.

PT. Aquí no se interrumpe.

T. ¿Me vas a decir tú cuándo me puedo levantar y cuándo no?

PT. ¡Sí señor, porque aquí lo ordeno yo! ¡Se acabó!

T. Tú no te puedes imponer sobre mí...

En ese momento, el presidente cortó el audio del micrófono de la pecera de los procesados de la sala blindada de la Audiencia donde se encontraba Txapote y aunque éste siguió hablando, ya no se le oyó.

El etarra se dio cuenta de la jugada del presidente y pegó varias patadas contra el cristal blindado. Los policías, entonces, lo trasladaron dos bancos más atrás y él volvió a pegar otra patada más al banquillo. Impotente, en señal de protesta se colocó de espaldas al tribunal y así permaneció hasta que fue sacado de la sala en un receso.

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