Los Mossos desarticulan una red de inmigrantes ilegales chinos
Una intérprete de la policía era dueña de varios talleres clandestinos
Cinco personas, dos de nacionalidad china y otras tres españolas, fueron detenidas ayer por los Mossos d'Esquadra, acusados de dirigir una organización destinada a legalizar y dar papeles a inmigrantes ilegales chinos, a los que previamente se les había facilitado contratos de trabajo falsificados. La mayoría de estos inmigrantes trabajaban en condiciones infrahumanas en talleres de confección de ropa en la comarca del Maresme.
Centenares de inmigrantes chinos que actualmente se encuentran instalados en toda España podrían haber entrado clandestinamente en el país, gracias a los servicios de esta red ilegal, desarticulada por la policía autonómica en Cataluña. La investigación policial sobre esta red de inmigrantes chinos se inició hace tres años, como consecuencia de una denuncia presentada por la asociación de pequeñas y medianas empresas del sector de la confección, que se encontraban alarmadas por la proliferación de talleres regentados por chinos, que lograban grandes beneficios al trabajar a muy bajo costo.
La denuncia desembocó esta semana en las puertas de una gestoría de Barcelona, regentada por tres españoles, y que en los últimos tiempos se había venido especializando en la tramitación de permisos de residencia y de trabajo de ciudadanos chinos, a los que después se les destinaba al mercado de la confección. En el registro policial efectuado en estas oficinas la policía localizó centenares de documentos de identidad falsos, diversa maquinaria y 120.000 euros.
Las tarifas que cobraba la gestoría a los chinos por facilitarles los falsos papeles oscilaban entre los 100 y los 2.000 euros, Por 2.000 euros se le facilitaba un contrato de trabajo falso; el alta en la Seguridad Social por cuatro horas de trabajo costaba 200, por ocho horas 400 y el servicio de empadronamiento 100. De la misma manera que se facilitaban y tramitaban estos expedientes los encargados de la gestoría efectuaban los trámites pertinentes para conseguir la reagrupación familiar de los inmigrantes, una vez legalizada su situación en España.
Los primeros pasos de esta investigación se iniciaron en el mes de marzo de 2003, cuando agentes de Mossos d'Esquadra abrieron una investigación en Mataró en torno a tres talleres de confección, utilizando para ello los servicios de una intérprete de nacionalidad china. La actitud de la intérprete, de nombre A. H. L., conocida por el apodo de Teresa, provocó las sospechas de la policía, que creyó que estaba tratando de favorecer y proteger a determinados empresarios de su nacionalidad.
Gracias a estas primeras investigaciones se descubrió que la intérprete era la propietaria real de varios talleres clandestinos, en los que se contrataba a un gran número de trabajadores, todos de nacionalidad china, en cantidad desorbitada que superaba con creces la capacidad de los talleres. Estos contratos fraudulentos servían, de hecho, para conseguir el permiso de trabajo y residencia para los inmigrantes, que después de cortas residencias en Cataluña eran enviados a diferentes puntos de España.
La falsa intérprete se convirtió así en el nudo central de una investigación que ha puesto al descubierto una de las vías de entrada ilegal de los ciudadanos chinos a España muy importante. Pero al mismo tiempo la desarticulación de la red ha permitido poner en evidencia formas de trabajo inhumanas, a las que estaban siendo sometidos muchos de los trabajadores contratados.
La policía no ha cerrado aún esta investigación, ya que considera que hay aún en la zona abiertos gran número de talleres de confección ilegales, regentados por chinos. La policía afirma que habrá mas detenciones.
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