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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El múltiple exiliado del 27

Como la literatura pasa sin parar y ya no va dejando huellas, Darío Villanueva ha tenido la buena idea de empezar su introducción a este volumen situando al gran escritor que fue Rafael Dieste (1899-1981) en el contexto generacional que le hizo pertenecer a la generación española del 27 y a la del 25 o 22 en la gallega, con lo que su descolocamiento resulta ya inicial. Otras causas que motivan su deslocalización es su bilingüismo, pues escribió siempre en gallego y castellano y además hizo de todo -teatro, relatos, poesía, ensayo científico, estudios literarios, artísticos, y era un buen músico y pianista-, sin inclinarse hacia ningún género, fue un puente entre la política y la ciencia, entre España y América, y un luchador en favor de la democracia, cuya meta fue siempre la de la integración de todo, desde el título mismo de la "introducción" citada: La integridad literaria de Rafael Dieste.

OBRAS LITERARIAS

Rafael Dieste

Edición de Darío Villanueva

Fundación Santander Central Hispano. Madrid, 2006

424 páginas. 18 euros

Fue un gallego profundo, hijo pequeño de emigrantes gallegos y brasileños, que viajó sin parar por el mundo, periodista y profesor, que se comprometió con la causa republicana, llegando a ser miembro de las republicanas "misiones pedagógicas", autor de obras de teatro normales y para guiñol, cofundador de Hora de España, comisario político cercano al partido comunista (al que nunca llegó a pertenecer, aunque su etiqueta le persiguió) durante la guerra, tras la que se vio obligado a emprender el exilio, acompañado de su esposa, Carmen Muñoz. Fue un escritor incansable, director de editoriales, profesor en Cambridge y en Monterrey. Llegó a ser miembro de la Academia Gallega en 1970, falleciendo en Santiago 11 años después, enfermo de la vista y a resultas de una caída en su casa de Rianxo, que ocupaba desde su regreso del exilio en 1961.

Todos los testimonios del exilio sobre Rafael Dieste -desde Francisco Ayala a María Zambrano- coinciden en subrayar su carácter íntegro, moderado y conciliador, que admitía todas las opiniones sin tomar partido por nadie. Al principio era periodista y luego un buen autor teatral (Manuel Aznar publicó en dos volúmenes su Teatro en Laia, 1981, con huellas de Pirandello, Unamuno y Valle-Inclán), más tarde fue poeta, con Rojo farol amante (1933) "epifanías" (según Javier Alfaya) del 27, con huellas de Lorca, Alberti, Aleixandre y hasta Pedro Salinas, aunque empezó antes publicando relatos en gallego, De los archivos del trasgo (1926) donde la fantasía y el misterio arrancan a las letras gallegas de su ruralismo de entonces. Luego, becado por Europa, escribió un ensayo sobre el teatro, La vieja piel del mundo (1936), y después vino la guerra, el exilio y su obra maestra, el excepcional libro de cuentos, leídos ante una tertulia de exiliados, en otras tantas tardes en el café Tortoni, de Buenos Aires, en castellano, publicado luego en 1943, Historias e invenciones de Félix Muriel, un libro de cuentos magistral, inscrito ya en la historia de la literatura española para siempre.

Darío Villanueva ha seleccio-

nado cinco títulos de este variopinto panorama, con autoridad y conocimiento, ya que codirige la edición bilingüe de Obras completas (Ediciones de Castro, 1995), en curso de publicación, de la que han aparecido dos tomos: el primero, dedicado a la narrativa y poesía, y el quinto, dedicado a su voluminosa correspondencia. Faltan por publicar (o no han llegado a mis manos) los tomos segundo (teatro y textos afines), tercero (los cuantiosos ensayos) y el cuarto, dedicado a su obra periodística. No olvido la publicación de su más interesante póstumo, La isla y Tablas de un naufragio (1985), un proyecto ambicioso que Rafael Dieste no pudo terminar, aunque tengo que citar al final una gran antología de ensayos, El alma y el espejo (1980). Y vaya por memoria este recordatorio para que ni la literatura ni los milagros se nos escapen y sigan vivos.

Rafael Dieste visto por Soledad Calés.
Rafael Dieste visto por Soledad Calés.

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