"Gracias por salvarnos la vida. Fue una buena idea"
"A la tripulación del Francisco y Catalina: Gracias por salvarnos la vida. (...) Como sabéis, venimos del Mediterráneo, de Eritrea, de un lugar en el que estábamos en peligro. [Eritrea mantiene un conflicto con Etiopía desde que decidió independizarse, en 1960. Lo consiguió en 1993, pero los enfrentamientos continúan al no haber alcanzado un acuerdo sobre la frontera común.] Llevábamos cinco días en el mar, teníamos hambre de verdad y no sabíamos dónde estábamos. Entonces, nos visteis y decidisteis subirnos al barco. Gracias, fue una buena idea".
Bautista Molina, segundo patrón del pesquero alicantino Francisco y Catalina, lee por teléfono desde el barco la carta de agradecimiento que le acaban de entregar los 51 inmigrantes sin papeles que lleva a bordo desde el viernes pasado. Acaban de cenar - "pasta, pollo frito y una pieza de fruta. Comen mejor que en sus casas"- y no saben que en pocas horas desembarcarán en Malta. Sólo los diez tripulantes conocen la noticia. "Nos han pedido que no les digamos nada. Estamos muy contentos de que esto acabe porque nadie sabe lo que hemos pasado 61 personas aquí metidas con un calor insoportable durante tantos días. Aunque lo volveríamos a hacer, estoy seguro. Hemos hecho lo que teníamos que hacer. Estamos agotados, pero tenemos la conciencia muy tranquila", explica Molina.
La tripulación del Francisco y Catalina ha dormido sólo dos horas diarias desde el viernes. "Hacemos guardias por la noche, por si alguno necesita cualquier cosa: un vaso de leche, lo que sea, y claro, no hemos pegado ojo".
Pérdidas económicas
Dicen que han perdido 6.000 euros cada día que han dejado de faenar. Es lo que hubiesen ganado pescando de no haberse encontrado en plena faena con 51 inmigrantes a punto de ahogarse en el mar. "Si nos dan una indemnización gorda, a lo mejor la donamos a una ONG", dice Molina.
"Lo que no entendemos es la actitud de Malta. Me parece algo increíble. Todavía no me creo que se haya montado este follón. Ha habido momentos en los que parecíamos criminales. Estábamos convencidos de que se iba a solucionar en un día, como mucho dos, y mira lo que ha pasado. Es sencillamente increíble que pasen estas cosas en pleno siglo XXI".
Hoy la tripulación se despedirá de los 51 inmigrantes en el puerto de La Valeta (Malta). Después, el Francisco y Catalina retomará sus planes y sus funciones: pescar. "La idea es descansar un poco, proveernos de víveres y volver a lo nuestro cuanto antes", explica Bautista. Buscarán peces hasta finales de agosto y ni un día más. "Hay que llegar a tiempo a las fiestas de mi pueblo, de Santa Pola", bromea.
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