Aviones
Las imágenes promocionales de la película World trade center, interpretada por Nicolas Cage, transmiten la emoción de la ficción, reforzada por una banda sonora potente y un argumento que modifica el impacto colectivo a través de la experiencia individual, más propensa a subrayar el heroísmo del 11-S. La sombra del avión reflejada en los rascacielos antes de estrellarse resume el presente: catástrofes y terrorismo. Que un avión estrellado sea el origen de la serie que mejor identifica el siglo XXI (Perdidos) es de lo más simbólico. El viernes vimos que Lax (Cuatro) también insistía en incidentes aéreos, mientras que en Navy, investigación criminal (La Sexta) aparecía un cadáver en el Air Force One. Al miedo a volar hay que añadirle ahora el pánico a cualquier forma de terrorismo.
Casi mejor quedarse en casa y dedicarse a cantar en familia y poder participar así en Family rock (Cuatro), un intento blando, para todos los públicos, y bienintencionado de cohesionar las familias logrando que desafinen juntos y vivan en un ambiente mejor que el de la familia Soprano (estuve temiendo que uno de los padres se liara con Sonia, la coreógrafa).
Mientras tanto, los informativos nos muestran el Líbano bombardeado. Uno de los elementos que pueden contribuir a entender esas imágenes es el breve y expeditivo ensayo Esto no son las Torres Gemelas, de María Acaso: "Debido al enorme grado de confianza que depositamos en las representaciones visuales, casi todos creemos haber presenciado el derrumbe de las Torres Gemelas, muy pocas personas toman conciencia de que sólo quienes estuvieron allí lo vieron, el resto sólo hemos visto representaciones visuales del derrumbe". Acaso habla de mentiras, asesinatos y atentados visuales y denuncia los terrores (del cuerpo, de clase y culturales) amplificados por la televisión. La conclusión es que para combatir la manipulación del miedo conviene sospechar por sistema y saber leer la televisión en lugar de mirarla.
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