Una comisión obrera plural

Si hay un nombre que destaca en la memoria de los hoy viejos sindicalistas que fundaron CC OO de Guipúzcoa en julio de 1966 en Zumárraga, hace ahora 40 años, es el de José Luis López de Lacalle. Provenía de un ámbito profesional y no obrero, pero, como responsable del Partido Comunista, el líder asesinado por ETA tres décadas después, fue alma mater en la creación de aquella comisión obrera provisional que aglutinó sin divisiones, como sólo ocurre en la adversidad, a todas las sensibilidades políticas y sindicales que estaban soterradas y resultó ser el embrión de una lucha organizada contra el sistema franquista en Guipúzcoa.

El episodio que acaba de conmemorar CC OO en el mismo Zumárraga donde se produjo, fue una gesta con aura romántica, propia de aquellos tiempos de idealismos. El movimiento obrero que llevaba años de lucha clandestina y mucha ventaja al incipiente movimiento político, decidió salir a la luz: constituir una asamblea obrera provisional pública como un año antes había ocurrido en Vizcaya. Los sindicalistas del Goierri, Pasajes, Eibar, San Sebastián o Irún con práctica en la lucha se juntaron en la plaza pública de Zumárraga desafiando la presencia policial. Tras celebrar un breve acto en el que se leyó la lista de los integrantes de la comisión, ésta fue incautada por la Guardia Civil. Al día siguiente todos ellos acabaron en la cárcel.

"La Comisión era un sitio donde cabíamos todos: obreros, políticos, nacionalistas y católicos"

Pese a este azaroso comienzo, la Comisión Obrera provisional tuvo un desarrollo extraordinario a lo largo de los meses siguientes. A ella se fueron incorporando gentes de todas las sensibilidades. "La Comisión Obrera era un sitio donde cabíamos todos", recuerda Alberto Aguirrezabala.Él procedía de ETA, donde ese año, apenas cumplidos los 18, había comenzado a militar, poco antes de producirse la escisión que le dejó en ETA Berri, al igual que a sus compañeros de Zarautz. "Unos nos iniciamos por la política, otros por la lucha sindical porque trabajaban en empresas donde había conflictos; también se encontraba gente nacionalista o procedentes de movimientos católicos como las JOC o la OAC", añade. Había hasta miembros de ELA "más que nada, porque querrían saber cómo funcionaba aquello ya que luego podían encontrarse con un competidor", recuerda Aguirrezabala.

Durante el primer año la Comisión que unía a aguerridos líderes obreros con imberbes políticos, mantuvo incesantes reuniones en Eibar, Trintxerpe o Zarautz porque los jóvenes de ETA Berri habían conseguido una copia de la llave maestra del colegio de los Antonianos. El primero de mayo de 1967 la Comisión convocó manifestaciones en San Sebastián, Ordizia, Eibar y Pasajes. Por la tarde, debían reunirse en Zarautz para hacer el balance de la jornada, pero la policía ya estaba en los aledaños de los Antonianos. La caída colectiva terminó con los asistentes en el TOP donde les defendieron jóvenes abogados como Bandrés, Recalde o Paco Idiaquez.